Ayer primero de diciembre se cumplieron tres años que el presidente de la República, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, tomó posesión como el presidente más legitimado, que haya llegado al poder en la historia del país, con 30 millones de votos que lo llevaron a palacio nacional, ante las promesas de una transformación del país que nos figuraba muy cercana al paraíso, que hasta el momento no vemos por ningún lado. Prometió bajar los índices de inseguridad en seis meses y hasta el momento el saldo nos dice que llevamos la cifra terrorífica de casi 105 mil muertes violentas, entre las que se cuenta entre 2,700 y 2,800 feminicidios, que superan en mucho los sexenios de FELIPE CALDERÓN HINOJOSA y ENRIQUE PEÑA NIETO. Y todo por darle vuelo a la política fallida de los ‘abrazos no balazos’, que le han dado resultados pésimos, con una Guardia Nacional que nos ha costado miles de millones de pesos, pero que solo se pasea por las calles como la ‘Reinas del Carnaval’, después de debilitar a las policías municipales a las que les quitó los programas como el Fortamun y el Fortaseg, con los que adquirían patullas, armas, uniformes, capacitación y les aumentaban los sueldos, pero que hoy viven en el hambre, cuando es la corporación que recibe la mayoría de las quejas y reportes de la ciudadanía. Prometió bajar el precio de la gasolina a 10 pesos el litro y los números nos dicen que los precios actuales fluctúan más-menos en los 20 pesos. Prometió hacer crecer la economía en alrededor del 6 por ciento y no solo no lo ha logrado, toda vez que actualmente padecemos una inflación superior al 7 por ciento, que nos mantiene con alzas históricas en productos de la canasta básica, pulverizando los salarios, que ciertamente los ha aumentado en más del 30 por ciento, pero de todas formas ese aumento no sirve de nada, porque no hay estímulos ni apoyos a los sectores productivos, toda vez que su interés no es que haya mayor riqueza en el país, porque sus dividendos electorales están en la dispersión de dádivas presidenciales mediante los programas sociales, que se han fortalecido históricamente, en lo que algunos expertos le llaman la compra de votos más grande del mundo, por eso dicen que quiere tanto a los pobres que cada día fabrica más. Pero por desgracia en la pandemia cerraron sus puertas un millón 200 mil negocios entre micros, pequeños y medianos, con la pérdida de millones de empleos que a la fecha no se han recuperado, aunque el presidente siempre tiene otros datos. Prometió sacar al Ejército de las calles y llevárselo a los cuarteles, argumentando que se estaba desprestigiando esa institución tan respetable del país, al desempeñar tareas de seguridad, pero resulta que al llegar al poder sufrió una metamorfosis cerebral y no solo no regresó a los militares a sus cuarteles, sino que les asignó una serie de tareas, que ahora suman 246, entre las que se encuentran la vigilancia en las aduanas; la construcción de obras como el Aeropuerto San Lucía y algunos tramos del Tren Maya; al grado que ya nadie puede desmentir sus intenciones de militarizar el país. Prometió atender con eficacia la pandemia del coronavirus, pero vimos todos lo contrario, porque a estas alturas ya nos reportan alrededor de 600 mil muertes entre directas e indirectas y varios millones de contagios. Pero a nadie se le olvidan aquellos malos recuerdos sobre el actuar de llamado ‘doctor Muerte’ HUGO LÓPEZ GATELL RAMÍREZ, que durante la pandemia ha cometido cada desatino que se ha traducido en las miles de muertes de mexicanos que actualmente descansan en los panteones, cuando dijo que si llegásemos a una cifra de 60 mil fallecidos sería catastrófico y la cifra actual es diez veces más grande que sus pronósticos totalmente fuera de la realidad. Lo más triste, después de la muerte de tanta gente, es que gracias al desmantelamiento torpe de las redes de proveeduría de medicamentos, de la Secretaría de Salud, actualmente continúa la muerte de niños con cáncer y adultos con otros padecimientos, víctimas de un Gobierno terco y obstinado, al que no le interesa la vida de la gente………….. Prometió combatir la corrupción y la verdad el fracaso ha sido rotundo, toda vez que aquí aplica aquel viejo y conocido refrán que a la letra dice: “Hágase su voluntad en los bueyes de mi compadre”, porque ha demostrado una clara selectividad en la aplicación de la justicia a favor de sus allegados, donde se mencionan nombres como los de MANUEL BARTLETT DÍAZ, actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); ANA GABRIELA GUEVARA ESPINOZA, actual director general de la CONADE; IRMA ÉRENDIRA SANDOVAL BALLESTEROS, extitular la Secretaría de la Función Pública, a quien destituyó del cargo por celos electorales, pero aquella acusación de corrupción quedó en la impunidad, como han quedado varios de sus cercanos, incluyendo a su hermano incómodo PÍO LÓPEZ OBRADOR, de quien circuló un video donde recibe fajos de billetes de parte de DAVID LEÓN, quien se desempeñaba como director nacional de la Unidad de Protección Civil. Y por otra parte, no habíamos visto un Gobierno que manejara el dinero púbico con tanta opacidad, al grado que recientemente emitió el controvertido ‘decretazo’, con el que no necesitan permiso de nadie, ni darle cuentas a nadie para construir las obras que quiera, al considerarlas como de seguridad nacional, aunque no tengan ese carácter, violando por enésima vez la Constitución Mexicana. Pero además a la mitad del camino, podemos decir que contamos con un presidente que utiliza su conferencia mañera para mantenerse de forma permanente en campaña política, perdiendo al menos dos horas diarias, cuando hay otros rubros mucho más importantes que atender. Pero desde ahí denuesta y desprestigia a quien no se les hinca a sus pies y le demuestra que apoya su 4T, donde se pueden contar a empresarios, feministas, periodistas, activistas, críticos, opositores, organismos internacionales, padres de niños con cáncer, intelectuales, entre otros tipos de mexicanos, a los que no tiene empacho en llamar: Corruptos, aspiracionistas, neoliberales, creando una polarización y una división entre los mexicanos que nunca habíamos visto, con eso de la aplicación del principio que practica todos los días, en el sentido de que si no estás conmigo eres mi enemigo. Por todo lo anterior y lo que nos faltó escribir por cuestión de espacio, es que ayer en su mensaje nos volvió a dibujar el país de las maravillas donde viven él y sus cercanos, pero que los mexicanos no hemos logrado encontrar. Sin embargo, los 22 millones de beneficiados con programas sociales, le aplauden y son suficientes para ganar cualquier elección, por eso dice quererlos tanto. Y más cuando vemos a una oposición muy pichurrienta.