A sus casi 96 años, la reina de Gran Bretaña, Isabel II, dio positivo a COVID, la enfermedad de la que parece, nadie nos vamos a escapar.
Ella, fue coronada reina cuando apenas contaba con 27 años de edad, y, pronto, cumplirá 70 en el trono. Esto quiere decir, que ha sobrevivido a muchos primeros ministros, a la guerra fría, a la emancipación de varias colonias y, sobre todo, a escándalos familiares.
Hay una anécdota que me gusta contar, e incluso, usarla como ejemplo cuando siento que, algunos políticos quienes quizá alguna vez me escucharon, y entonces me parece que poco a poco se van quedando en una “burbuja” de información.
La historia es así: Winston Churchill, el colmilludo primer ministro, fue el primero con el que tocó a convivir bajo su mandato y por tanto, consideraba él a Isabel como una bisoña poco preparada para desempeñar su labor, no precisamente la de gobernar, sino mantener la unidad de la corona.
Llegó un momento en que, Churchill tuvo un pequeño derrame cerebral, mientras se preparaba una reunión entre el Presidente de Estados Unidos, Eisenhower, en Londres para tratar el tema de la Unión Soviética. Estando aún consciente (luego estaría por dos semanas postrado y sin conciencia), ordenó al miembro del parlamento y su brazo derecho, Lord Salisbury, que nadie le dijera nada a la reina sobre su enfermedad, y tampoco de la enfermedad del ministro de relaciones exteriores. Acordaron decir que, Winston, tenía un resfriado. Paréntesis para decir que el Presidente de USA desistió de viajar a Londres.
Isabel, más lista de lo que ellos esperaban, indagó hasta que descubrió la verdad, la querían meter en una burbuja ocultándole información que debería conocer.
Cuando esto sucedió, ya con Churchill medio recuperado, lo citó a él y Lord Salisbury y les puso una trapeada que no esperaban, incluso, le pidió al primer ministro que fuera pensando su relevo.
“La burbuja”, es real, más cuando los gobernantes empiezan a desconfiar de sus funcionarios y se quedan solamente con un pequeño grupo de “asesores” a quienes escuchan y, la mayoría de las veces les cree y entonces actúa en consecuencia y, para mí, es cuando inicia la debacle.
Un gobernante se rodea de personas en su gabinete, porque siente, de inicio piensa, sabe, que gobernar es cosa de equipo, aún cuando el ejecutivo tenga la última palabra. Al entrar a “la burbuja”, no tiene la película completa y sutilmente, puede ser manipulado.
Por algo existen las reuniones de gabinete, legal y ampliado, donde es tiempo de verificar rumbos y avance, donde, entre los participantes, pueden argumentar y al final, el ejecutivo tome la decisión más adecuada.
Hasta donde entiendo, aunque no lo sé de cierto, en los 5 meses que tiene al frente del Gobierno de Sonora el Dr. Alfonso Durazo, no ha tenido una reunión de este tipo, o cuando menos, su jefe de comunicación no la ha puesto en común. Sé, eso sí, que participa en las reuniones de Seguridad, pero esta asignatura, es solamente una, quizá en estos momentos la más importante de resolver, pero existen otras.
Y claro, vía medios, me entero que el Gobernador anda del tingo al tango, se reúne con personas, grupos, empresarios, etnias y demás, pero no lo sé si tiene la perspectiva completa.
Un ejemplo, Los Yaquis, luego de que el presidente declarará que le dijera la etnia cuanto recibe con el boteo, para que el gobierno federal les otorgue dicha cantidad sin necesidad de bloquear la carretera. Luego, el gobernador Durazo explicó que, sería algo así como un derecho de vía porque dicha carretera cruza su territorio. Digo, su percepción no es equivocada, pero, creo, no se puede avalar una ilegalidad con otra ilegalidad. Los Yaquis, no tiene el derecho de facto de hacerlo y el gobierno, al otorgarles dinero, se presta a que otros hagan lo mismo. De inicio, el bloqueo está contra la constitución y el derecho de libre tránsito.
Supongo entonces que, lo primero que se debería de hacer, es legislar, buscar opciones (una caseta administrada por ellos mismos no suena mal) y entonces, hacer ley y reglamento. Por que además, bueno, ya lo sabemos, dentro de la etnia, pocas veces están todos de acuerdo y esto podría provocar, que aún cuando les den recursos a unos, los de otros grupos, que quedaron fuera, podrían hacer su nuevo bloqueo.
Yo no le diré nada al doctor Durazo sobre su manera de gobernar, sé que le entiende bien luego de tantos años en las lides políticas, pero sí, quizá podría decir, que revise con sus consejeros legales, lo que procede con los Yaquis y su bloqueo, digo, no es asignatura menor, pero, sí creo es posible, por el bien de todos quienes circulamos por dicha rúa.
¿No lo creen?