Ante la búsqueda de alternativas ecológicas, nuevas formas de entierros han surgido en el mundo. Entre ellas, convertir los restos cremados en arrecifes de coral se ha vuelto una nueva tendencia.

El servicio es proporcionado por Eternal Reefs, una organización con sede en Sarasota, Florida, que dice que ofrece una “manera de retribuir después de la vida mediante la reposición de los sistemas de arrecifes naturales en disminución”.

Para ello, ofrece memoriales incorporando los restos cremados de una persona con una bola de arrecife y sumergiéndolos en el fondo del océano, en áreas reguladas del fondo marino de Estados Unidos. Una vez en el mar, los familiares y amigos reciben las coordenadas GPS de dónde se encuentra la “tumba” de su ser querido.

La bola de arrecife está hecha de hormigón de pH neutro, con el 80 % de su peso concentrado en el 40 % inferior para que el arrecife sea estable. Tienen más de un metro de alto y dos metros de ancho. Las bolas, que pesan entre 250 kg a mil 800 kg, tienen una superficie rugosa que permite que crezcan en ellas plantas y animales marinos, así como corales y algas. Tienen un costo de entre 3 mil y 7 mil 500 dólares.

El diseño fue iniciado por un grupo de buzos de la Universidad de Georgia en la década de 1980.

Hasta ahora, se han colocado alrededor de 3 mil arrecifes en 25 sitios, como frente a las costas de Florida, Maryland, Nueva Jersey, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Texas y Virginia.

Durante la pandemia, la organización afirma que se han triplicado las solicitudes, principalmente de personas que aman el mar, y la idea de que en la muerte pueden ayudar a regenerar la vida marina.

Sin embargo, no todos los ambientalistas están convencidos. El modelo aún involucra la cremación, que, en promedio, libera 400 kilogramos de dióxido de carbono a la atmósfera por cada cuerpo. Además, los arrecifes artificiales también utilizan hormigón, cuya fabricación es responsable de hasta el 8% de las emisiones globales de CO2.

Algunos ambientalistas los llama productos y servicios funerarios “efectistas” y advierten que las preocupaciones ambientales han llevado a innovaciones extravagantes, desde “ataúdes vivientes” hechos de fibra de hongos, hasta urnas con “semillas” en forma de huevo, que hacen crecer un árbol sobre tus restos. Asimismo, argumentan que estas ideas son una distracción de los cambios más fundamentales que se necesitan.

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