El PASADO fin de semana en el fraccionamiento Real del Arco, se dio un hecho ciertamente que debe preocupar de sobre manera, pero más que eso, ocupar a las autoridades investigadoras que arribaron de la Ciudad de México en hacer su trabajo, después de una fallida privación ilegal de la libertad en agravio de un empresario, que resultó lesionado a cachazos por una pareja de delincuentes que tienen que ser indagados, tanto por efectivos de la Coordinación Nacional Antisecuestros (Conase) como la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE). No pueden, ni deben mantenerse al margen de este tipo de estos acontecimientos por las graves connotaciones que conllevan. El afectado, quien es ampliamente conocido en el ramo gastronómico, al sufrir esta agresión, pero, sobre todo, al ver en riesgo su vida y por supuesto que la de sus seres queridos decidió mejor cerrar su negocio. Conocida marisquería que por muchos años funcionó en pleno corazón de Ciudad Obregón. Los perjuicios son graves, debido a que, al tomar esa decisión de terminar con ese establecimiento, derivado de la complicada e irrespirable inseguridad que se vive día a día, dejó sin fuente de trabajo a buen número de familias y es aquí donde las autoridades deben no solo reflexionar sino sopesar y tomar la decisión de acabar con esas execrables actividades de la delincuencia… SEGUIMOS PENSANDO que tienen la capacidad para hacerlo. En este mismo contexto, no hace muchos días escuchaba a un agente policíaco hablar sobre el tema y profería: “Ojalá nos dejarán trabajar y actuar como nosotros sabemos hacerlo y limpiaríamos a Cajeme de estas lacras”, expresó. Lo que nos lleva a cuestionar quién o quiénes impiden a los representantes de la ley hacer su trabajo y conste que no era un elemento de la Policía Preventiva sino de otro nivel. ¿Qué tipo de compromisos existen?, vaya usted a saber si de políticos o funcionarios de nuestro entorno, como para impedir que las autoridades cumplan realmente con su deber. Algo de eso debe predominar como para imposibilitar a las instituciones armadas a realizar su tarea, al grado de sentirse obstaculizados y esto no es nuevo porque también hace algunos meses se lo escuché decir a un mando de la misma Guardia Nacional para que vean que hay intereses enormes que les impide actuar y hacer válida la trillada frase de nada ni nadie por encima de la ley, cuando se refieren a que no debe existir inmunidad para nadie, pero en realidad pareciera ser un simple juego de insípidas palabras porque dista mucho de que su significado sea real y congruentes, particularmente en estos tiempos confusos y convulsos… EL PASADO domingo 13 de febrero, el jefe de la nación, Andrés Manuel López Obrador, en una breve visita que realizó a este terruño sonorense reconoció que Cajeme es uno de los municipios más peligrosos de México, con más homicidios y por ello se comprometió a enviar más militares, marinos y guardias nacionales. Habló de un “plan especial” para garantizar la paz y tranquilidad, pero tal parece que todo quedó como siempre en buenos deseos, porque sí en verdad se tuviera la voluntad de atacar al crimen ya lo hubieran hecho frenando lo que para todos es un secreto a voces como es el cobro de “cuotas” de hordas criminales a empresarios. No es nada nuevo, pero la situación tiende a complicarse por lo que elementos de la Coordinación Nacional Antisecuestros (Conase) tienen que trabajar en el tema como una prioridad. Inclusive, resulta necesario que la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Ícela Rodríguez Velázquez, envíe a personal de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (Femdo), antes Seido, verdaderamente a trabajar y dar con quienes han hecho de Cajeme una zona de batalla, pero que lo hagan, porque siendo Seido nunca tuvieron la atención de hacer algo por una de las ciudades más violentas en el plano nacional que cobrado decenas de vidas y lo que es peor seguimos en las mismas condiciones con un panorama desolador y de destrucción… DE NADA HA SERVIDO la presencia de infantes de la Secretaría de la Marina, salvo que estar molestando a comunicadores para que traigan su identificación a la vista. Pierden el tiempo, solo en banalidades, cuando el tema medular de ellos es averiguar y dar con los objetivos criminales que no paran en su afán de sembrar terror, muerte y dolor en el ambiente urbano. Es tiempo que lo hagan y esto debe saberlo su jefe máximo, almirante, José Rafael Ojeda Durán que solo ha estado en la entidad en calidad de turista porque jamás ha planteado aquí un proyecto en aras de erradicar el crimen y sus apéndices como en estos casos podrían ser algunos operadores policíacos, algo que ya no es novedoso. Lo interesante sería que cayeran aquellos que han fingido demencia para no cumplir con su deber, en virtud de que son ellos los principales responsables que las masacres no terminen sino por el contrario se mantienen a cualquier hora del día y en consecuencia el derramamiento de sangre sigue corriendo a raudales en calles, banquetas e interiores de domicilios. La pregunta de los 64 mil ¿Dónde está el director operativo de la Policía Municipal, Jesús Navarro Velarde y sus estrategias de vigilancia y prevención del delito? Para que vean que no es lo mismo prometer y crear falsas expectativas al decirse que al llegar él a ese cargo disminuirían los asesinatos. Lo bueno es que el Comisario de Policía, Capitán de Navío, Claudio Cruz Hernández, ha comenzado a caérsele el velo de la mentira que planteó Navarro Velarde. De que se pueden impedir los crímenes, claro que se pueden evitar, pero para ello se requiere de un denodado trabajo de equipo con el resto de las corporaciones sin olvidar que la Secretaría de Seguridad Pública tiene el mayor estado de fuerza, pero lastimosamente falta ese mando que dirija y encauce proactivamente a la tropa que siempre ha estado dispuesta a sacar la casta, solo que se carece de auténticos mandos policíacos… EN LAS ÚLTIMAS horas se han cometido cuatro ejecuciones, dos en la colonia Esperanza Tiznado, una más en calles 12 y 100 al nor-oriente de la colonia Las Haciendas y en horas de la noche dieron muerte a otro más en calle Puerto Tampico entre Puertos de Manzanillo y Cabo Catoche, en la colonia México. De acuerdo al tenor de los sucesos todo apunta a que podríamos llegar a los 40 crímenes si no es que el índice se desborda. Lo que indica que las cosas no han cambiado en absoluto con o sin más soldados, marinos y guardias nacionales. Hasta anoche, ya sumaban 29 ejecuciones y poco faltó para que un automovilista corriera con la misma suerte en la colonia Noroeste, donde peligrosos delincuentes al no lograr su objetivo quizás de privarlo ilegalmente de la libertad le prendieron fuego a su automóvil. En verdad, pero cada vez está más horroroso el horizonte en estas calles de Dios… PUES TAL parece que de golpe y porrazo desintegraron el grupo de agentes de Tránsito Municipal que estaban comisionados en el área de transporte, pero el asunto no debe quedar solo en borrón y cuenta nueva, sino en averiguar los “cobros de piso” que venían haciendo a transportistas de la ciudad y el Valle del Yaqui. Habrá que estar pendiente a ver quién se encargará de recoger esos “tributos” que, sin exagerar les generaron millonarias ganancias, algo nunca visto en toda la historia de la dependencia encargada de la vialidad urbana. Para empezar ese Calixto Quintero, aseguran que compró la casa de enseguida a la suya para ampliarla y así por el estilo. El tema aguanta un resto, por lo que más delante lo abordaremos… SE CUMPLIÓ OTRO mes de los proditorios asesinatos de nuestro exdirector general y fundador de Grupo Medios Obson, Jorge Miguel Armenta Ávalos (QEPD) y del excandidato a la presidencia municipal de Cajeme y exprocurador de Justicia, Abel Murrieta Gutiérrez y otra vez no sucedió nada. Por momentos renació la confianza de que el brazo de la justicia se extendería para alcanzar a los criminales y sus cómplices, pero nuevamente tuvimos que digerirnos semejante mentira. La pregunta es; ¿Hasta cuándo llegará la justicia para Jorge Miguel y Abel? ¿Hasta cuándo señores? … Luego seguimos, Dios mediante.