KIEV. La guerra en Ucrania frena el crecimiento económico mundial, advirtió eKristalina Georgieva, directora general del FMI, quien sostuvo que el contexto es de presión sobre los precios de los alimentos y degradación de la confianza de consumidores y empresas.

“Con este panorama, el FMI recortará su previsión de crecimiento mundial por la guerra, anunció Georgieva, quien sostuvo además que un default de Rusia ya no es “un evento improbable”.

“Para resumir, tenemos un impacto trágico de la guerra contra Ucrania. Tenemos una contracción importante en Rusia y vemos el impacto probable en nuestras perspectivas para la economía mundial”, sostuvo a periodistas.

Así mismo, dijo que el mes próximo (durante las reuniones de primavera boreal) “tendremos una revisión a la baja de nuestras proyecciones de crecimiento mundial”, agregó.

En enero, la previsión del FMI fue llevada a 4.4% de expansión en 2022 frente a 4.9% en octubre y casi 5.9% esperado el año pasado para el conjunto de las economías mundiales.

Con la economía mundial aún sin reponerse de la pandemia de coronavirus, “una crisis diferente a otras”, el mundo atraviesa ahora “un territorio aún más chocante”, destacó Georgieva.

Sobre el impacto en la economía rusa, la dirigente del Fondo destacó que las sanciones impuestas por los países aliados, “sin precedentes”, conducen a “una contracción brutal de la economía rusa y una profunda recesión”.

Georgieva describió los efectos en Rusia: depreciación de la moneda que alimenta la inflación o derrumbe del poder de compra y del nivel de vida de una gran mayoría de la población.

Los efectos sobre los países vecinos son igualmente importantes, en particular en los países más integrados a las economías ucraniana y rusa”, explicó, mencionando a las naciones de Asia central, Moldavia o los países bálticos.

IMPACTO MUNDIAL

En todo el mundo, el impacto de la guerra es palpable. La población sufre alzas de precios de las materias primas y la energía. Eso repercute en la confianza.

Esta disparada de precios se produce además cuando la inflación ya venía alta por la fuerte demanda y los problemas de aprovisionamiento causados por la pandemia.

Eso suscita “graves preocupaciones en muchos lugares del mundo”, observó Georgieva. “Es particularmente peligroso para las familias que viven en la pobreza, para quienes la comida y el combustible representan la mayor parte de sus gastos”.

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