MADRID. Por segundo día consecutivo, una enorme tormenta de polvo que llegó a Europa desde el desierto del Sahara dificultó la respiración en grandes zonas de España y obligó a las cuadrillas municipales de París, Londres y Belgrado a trabajar horas extra para retirar la capa de mugre de autos y edificios.

Los europeos despertaron bajo cielos de tonalidades inquietantes, desde el gris mugroso de Madrid al anaranjado en los Alpes Suizos, provocadas por las partículas diminutas que llegaron del otro lado del Mediterráneo.

La gran masa de polvo, llamada calima en España, “ha degradado la calidad del aire en grandes partes de España, Portugal y Francia”, dijo el Servicio de Vigilancia Atmosférica Copérnico de la Unión Europea, que rastrea la nube.

Aunque la calima afectó sobre todo a España, el polvo llegó mucho más allá y dejó manchas color ocre en autos en París, así como un polvo fino en una gran área del continente,

El Agencia Estatal de Meteorología y otros expertos calificaron el evento de “extraordinario” debido a la cantidad de polvo en el aire, aunque no se batieron récords.

“El episodio es muy fuerte, pero este tipo de eventos pasan en febrero o marzo cuando una borrasca en Argelia y Tunis recoge polvo y lo llevan al Europa. El polvo puede llegar al Reino Unido y hasta Islandia como el año pasado”, dijo a The Associated Press Carlos Pérez García, investigador del polvo atmosférico

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