BIEN DICE el viejo y conocido refrán: “Tanto va el cántaro al agua… Que cualquier día de estos se puede romper”. Lo anterior, surge en alusión a que ayer en la mañana un grupo de miembros de la Tribu Yaqui, perpetraron otra agresión contra joven chofer de un vehículo de carga, a quien poco faltó para que le arrebataran la vida de la manera más cobarde y ruin, tanto a él como a su acompañante, al dispararles entre cuatro y seis veces. Hasta eso, que el afectado, fue claro en una breve entrevista que concedió a Grupos Medios Obson, al aludir que no le pondría de más a lo sucedido. “Lo que estoy diciendo, es la verdad”, para que las autoridades tomen nota, dijo Héctor, de 28 años, al mismo tiempo que se dolía de los varejonazos que le asestó uno de los embravecidos especímenes indígenas que, se sienten intocables y todavía tienen la desfachatez de asegurar que el gobierno los protege. La pregunta es: ¿para qué?, acaso para golpear a quien se le venga en gana, al grado de poner en riesgo su vida como sucedió ayer con el mexiquense, a quien casi nada faltó para que le dieran muerte. Entonces debemos entender que esta fauna nociva, de aborígenes tienen derecho de cometer acciones criminales y nadie les puede hacer nada. ¡Qué amolados estamos entonces! Y, todo porque al chofer de un camión de mudanzas que provenía de Mexicali, Baja California, con destino a la capital del país, tras pagar la obligada cuota de cien pesos que exigen a su paso por esos bloqueos que ilegalmente mantienen sobre la rúa federal, al sur de Loma Guamúchil, se le ocurrió tomar una foto a la efigie o estatua del Indio Danzante. Por supuesto que esto les molestó a los iracundos tipos y uno de ellos subió al estribo del vehículo de carga para golpearlo con un varejón –rama gruesa—y a puñetazos tratando de obligarlo a que detuviera la marcha, pero el ya castigado conductor le aplastó al acelerador al camión y se retiró del lugar pese a que trataron de cerrarle el paso con tres vehículos, y, a que le dispararon en repetidas ocasiones. Todavía tuvieron el cinismo de seguirlo hasta la entrada de Ciudad Obregón, intentando cerrarle el paso con un pick up, Dodge Ram, cabina y media, modelo 2002, color arena y por supuesto que el ya lastimado chofer lo impactó en la caja posterior dañándole la tapadera, por lo que según ellos estaban pidiendo el pago de la reparación de los daños… ESCUCHÉ DECIR a policías que ya son abogados en Derecho que los yaquis incurrieron en varios delitos graves empezando por lesiones, tentativa de privación ilegal de la libertad, homicidio en grado de tentativa, daños y lo que es más grave; obstrucción a las vías de comunicación lo cual es un delito contemplado en el Código Penal Federal, y, a decir de los jurisconsultos se sanciona con una penalidad que puede ir desde los 15 días hasta los treinta años de prisión… DECÍA AL principio de estas líneas que tanto va el cántaro el agua que en cualquier momento se puede romper, porque sin ser mal agorero no va a faltar algún chofer o usuario de la vía federal que no se va a tocar el corazón para repeler una de sus agresiones y de seguro que entonces sí habrá reacción inmediata del gobierno federal, pero, insistimos para que esperar a que ocurra impredecible desaguisado y todo porque las instancias correspondientes han solapado una y otra barbarie que, estos desquiciados sujetos cometen con gente de trabajo que necesariamente tienen que cruzar por su territorio. Y, conste que no es la primera ocasión que los trabajadores del volante han exteriorizado su enfado y rabia por los constantes abusos de que son objeto por parte de estos “piel de seda”, porque hasta eso que son muy delicados, pero insisto no va a faltar alguien que esté dispuesto a todo con tal de no dejarse maltratar por estos represivos entes que, según ellos por ser yaquis son omnipotentes. ¡Habráse visto!, semejante impunidad… POR AHÍ OBSERVAMOS bien afanado tomando nota de lo sucedido al secretario de Seguridad Pública, en Cajeme, Capitán de Navío, Claudio Cruz Hernández, quien de seguro informó de inmediato al jefe de la comuna, Carlos Javier Lamarque Cano y posiblemente a sus superiores en la ciudad de México. Muy cerca de él también advertimos la presencia del jefe de Tránsito Municipal, Manuel Gutiérrez Arredondo y su asistente, José de Jesús Hurtado Silva “El Po”. Lo acontecido este domingo es un asunto del suyo muy espinoso, al grado que, hasta el mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no ha mostrado el oficio y mucho menos la capacidad política para solucionarlo sin tantos ambages, por el contrario, hace como que la virgen le habla y le ha rehuido al tema en vez de resolverlo de manera inmediata, antes de que esto desemboque en una tragedia difícil de pronosticar. Cabe señalar que esta vez, sí llegaron lejos los yaquis, ya que la vez anterior lo hicieron hasta la gasolinera de la Comisaría de Esperanza, donde golpearon a otro chofer, pero de un tráiler y dejaron de hacerlo al darse cuenta que comenzamos a transmitir en vivo a través de la plataforma digital de Grupo Medios Obson. Recuerdo que los agresores subieron a dos camionetas Cherokee, una de color gris y la otra negra y se regresaron vertiginosamente a Loma de Guamúchil. Eso sí, dejaron al conductor casi a punto de la crucifixión por la golpiza que le propinaron. Evoco aquel momento que me dijo, “No me preguntes el nombre porque desgraciadamente tengo que volver a pasar por ese lugar porque me vivo sobre esta carretera para mantener a mi familia”. Comprendí ese indecible miedo y ya no le cuestioné nada. Lo que nadie se explica es que, con los usuarios de la vía federal, los indígenas son unas fieras” y por qué nunca enfrentaron a grupos criminales que privaron de la vida numerosas personas en Loma de Guamúchil y sus alrededores. Esto, es lo inexplicable, en fin, ayer intervino la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), por lo que habrá que esperar a ver qué sucede con la carpeta de investigación…POR IGUAL, resulta muy preocupante que vamos a cerrar una semana muy violenta y con más de una decena de crímenes, lo que no había sucedido hace bastante tiempo por lo que hay que insistir en que se tienen que instrumentar otras tácticas para disuadir a presuntos criminales que no solo han vuelto a las calles a bordo de motocicletas para seguir matando gente y dejando a otras malheridas. Justamente la medianoche del viernes, personal de la secretaria de la Marina estuvo a punto de capturar a dos presuntos sicarios que detectaron en los límites de la colonia Benito Juárez con el fraccionamiento Los Ángeles. El par de supuestos gatilleros, al notar la presencia de una unidad policíaca abordada por infantes de Marina, enfilaron por la Cuauhtémoc al poniente y apenas habían avanzado veinte metros al sur sobre la Madero, cuando decidieron dejar abandonada una pistola escuadra, calibre 40 milímetros, con su cargador abastecido con siete cartuchos útiles. El arma fue localizada por los comandantes Teodoro Sánchez Medina y Miguel Roberto Beltrán Cuamea, titulares de los sectores 8 y 9, quienes se encargaron de remitirla a las autoridades de la Fiscalía General de la República (FGR) a disposición del Ministerio Público de la Federación…POR RUMBOS de Esperanza-Hornos, personal a cargo de los comandantes Roberto Valenzuela Jacobo y César Adrián Acosta Pacheco, atoraron a dos consumados presuntos asaltantes que acababan de atracar una tienda de autoservicio el mediodía de este domingo, en la Comisaría de Esperanza. A los tipos no solo se les aseguró el botín que habían obtenido sino hasta el vehículo que utilizaron para cometer su fechoría. Los ahora imputados viven aquí, en colonias Las Haciendas y San Anselmo, pero los “angelitos” se fueron a delinquir a la cercana villa con tan mala suerte que los alcanzó el brazo de la justicia y pasarán un buen rato fuera de circulación, porque seguramente que el representante social de la Fiscalía General de Justicia del Estado los va a enviar bien “empapelados” al complejo penitenciario local. Dos lacras menos que ya no darán guerra a la ciudadanía… Luego seguimos, Dios mediante.

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