Sigo pensando en ir o no a votar el siguiente domingo 10, sobre la revocación o no de mandato.
Mi mayor duda, es por el clima de encono que se vive en nuestro país contra los periodistas, impulsados desde la mañanera nada más y nada menos que por el Presidente de la República.
Así, cuando publico algo sobre AMLO, sea bueno o sea malo, en los comentarios de aquí mismo se sueltan las tribus de troles (y otros militantes reales y activos), denostando y amenazando a quien esto escribe.
Entonces, si voy a votar el domingo y, vote por una opción o por otra, sospecho que, la gran cantidad de votantes estarán a favor de López Obrador y, haga lo que haga, existirá el prejuicio de que lo hago en contra. Y, a como están las cosas, aprecio mucho mis dientes y no quisiera sufrir un ataque de algún chairito loquito junto a las urnas. No, no estoy exagerando, esto es real.
El caso es que, según yo, si no acuden suficientes votantes este domingo 10, para el día siguiente el aparato federal se irá contra el INE, argumentando que no hizo lo suficiente para obtener, cuando menos, unos 20 millones de votos. Y digo 20, porque una cantidad menor sería una catástrofe para Morena.
Aunque bueno, sea como sea, al día siguiente la narrativa oficial tendrá muchas aristas.
Aquí van algunas
- Fueron pocos votos, pero la mayoría a favor, ganó el Presidente
- Fueron pocos votos, porque el INE inhibió la votación, FUERA EL INE
- Ganamos, tenemos un Presidente fuerte para más años frente al poder (¿cuántos años más?)
- Fueron muchos votos y aun cuando no se llegaron al 40% del padrón, ganamos
Entiendo que, a una gran cantidad de personas, la consulta ni le va ni le viene y entonces no irá a votar. Creo que habrá mucho acarreo para mostrar un pre músculo, para las elecciones en 6 estados del país, pero también, tiro de calentamiento para las elecciones del 2024.
MORENA, con fuertes raíces de aquél rancio PRI, no dejará el poder tan fácilmente, sin antes hacer todo lo que esté en sus manos para tener el poder, tantos años como los tuvo el tricolor. Y cuando digo cualquier cosa, es cualquier cosa.
Si bien es cierto que, algunos analistas hablan de que quizá Andrés Manuel quiera seguir como presidente otros tres años después del 2024, y para ello necesita un INE y un Tribunal Electoral a modo, no creo que la salud le alcance para tanto. Cada día, se nota más cansado y, además, sus dislates impensados se vuelven peligrosos, como ese último que soltó de su ronco pecho: “y no me vengan con que la ley es la ley”… UPS.
López Obrador sigue siendo un presidente muy fuerte y aceptado por muchos mexicanos, y eso cuenta. Empero, ha mandado señales para encartar rumbo al 2024 a varios de sus colaboradores.
Si bien es cierto que, de inicio, la gobernadora de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum pintaba como la favorita, lo real es que, en estos momentos, evidentemente ya no lo es tanto. Y ya no lo es porque, al ser claramente la favorita del Presidente, cada una de sus acciones le pesan más que a cualquier otro precandidato y, el error más grande, es el que, bajo su mandato, perdió la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México, en el 2021 y eso provocó el coraje de “ya saben quien”.
Otro de los impulsados por AMLO, es el canciller Marcelo Ebrad, quien, ha entendido que calladito se ve más bonito y no se enreda. Como el más cercano colaborador de Manuel Camacho, fue uno de los perdedores cuando Luis Donaldo Colosio les ganó la candidatura a la presidencia en 1994. La estridente respuesta de Camacho Solís durante los primeros meses y hasta la muerte de Colosio, le impidieron que fuera designado como sustituto. Por eso, Ebrad calla.
Por otro lado, y aún cuando ha sido ignorado por el presidente, Ricardo Monreal está jugando para el 2024. Con quien sea estaré en la boleta, declaró el zacatecano.
A últimas fechas, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, paisano del Presidente, ha tomado un aire relevante en la sucesión, avalado por su amigo.
No es casualidad que haya sido, uno de los principales promotores de la consulta del 10 de abril, aún cuando rompe con las reglas del INE.
La moneda está en el aire y yo, sigo dubitativo sobre ir o no ir a votar.
Gracias