El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa Jill partieron este domingo hacia Uvalde, la pequeña localidad de Texas consternada después la masacre en una escuela primaria que dejó 21 muertos.
En momentos en que se conocen crudos testimonios de los niños que sobrevivieron al ataque, el mandatario instó a actuar para prevenir futuras masacres en un país donde los esfuerzos para endurecer las regulaciones de armas de fuego han fracasado repetidamente.
No se puede hacer que los dramas sean ilegales, lo sé. Pero se puede hacer que Estados Unidos sea más seguro”, expresó Joe Biden en un discurso el sábado, lamentando que tantas personas inocentes hayan muerto.
Mientras, trascendían inquietantes relatos de niños que sobrevivieron a la matanza del martes, cuando Salvador Ramos, de 18 años, abrió fuego con un rifle semiautomático.