Los muertos por las intensas lluvias y deslizamientos de tierra en Pernambuco, Brasil, llegaron a 91, mientras que 26 personas siguen desaparecidas, según el balance del Gobierno estatal.
Además, alrededor de 5 mil personas se han quedado sin hogar, después de que fuertes lluvias azotaron dos importantes ciudades en la costa atlántica. Fue la cuarta gran inundación en la nación sudamericana en cinco meses.
El lugar más afectado fue la región metropolitana de Recife. La condición de 63 municipios está en seguimiento y 14 fueron declarados situación de emergencia, según la Defensa Civil Nacional.
Ante esto, el gobierno brasileño desplegó más de 400 efectivos militares, en apoyo de la Defensa Civil y las agencias de seguridad locales.
El Centro Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres de la Defensa Civil se encuentra en alerta roja (máxima), con tormentas que alcanzaron los 200 mm de precipitación.
El presidente Jair Bolsonaro realizó el lunes un vuelo en helicóptero sobre parte de las zonas afectadas, pero luego dijo a la prensa que no pudo aterrizar debido a la inconsistencia del terreno.