El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha eliminado este viernes el derecho constitucional al aborto en el país tras anular, tal y como se filtró a principios de mes, el fallo Roe contra Wade que reconoció por primera vez el derecho de las mujeres al aborto sin restricciones durante el primer trimestre del embarazo, un precedente legal que se lleva usando en el país desde 1973. Se calcula que 26 están dispuestos a derogarlo, de los cuales 13 tienen previsto de hacer de forma inminente.
La decisión ha sido adoptada con el voto a favor de los seis jueces conservadores y el rechazo de los tres magistrados liberales del alto tribunal.
Los legisladores de más de una veintena de estados conservadores tienen preparados ya proyectos de ley que prohibirían o restringirían el aborto en el momento en que Supremo anulara Roe contra Wade, según explicaron al principios de mes fuentes judiciales al periódico ‘The New York Times’.
Trece de ellos tienen preparadas ya las llamadas “leyes de activación automática” para restringir o prohibir el derecho al aborto en el mismo momento en que el Supremo anule el fallo con una decisión que, denuncian sus críticos, no se corresponde con las encuestas entre la opinión pública de Estados Unidos.
Misuri ha sido el primero de ellos a través de un comunicado de su fiscal general, Eric Schmitt, en su cuenta de Twitter. “Tras el fallo del Supremo, Misuri acaba de convertirse en el primer estado del país en poner fin de manera efectiva al aborto a través de esta opinión firmada por la Fiscalía General”, ha anunciado en la red social. “Este es un día monumental para la santidad de la vida”, ha añadido.
Según un sondeo del mes pasado preparado por la Escuela de Gobierno Harvard Kennedy y la Universidad de Texas, un 62,3 por ciento de los encuestados se opuso a anular Roe contra Wade y solo el 37,8 por ciento de los consultados se mostraba partidario de su anulación, de acuerdo con los resultados publicados por SCOTUSBlog, uno de los portales más destacados de información sobre el Tribunal Supremo.
En lo que a orientación política se refería, un 59,2 por ciento de los votantes declarados republicanos se mostraba a favor de la revocación, mientras que un 40,8 de los simpatizantes de este partido se mostraba a favor de mantener la situación tal y como estaba.