NUEVA YORK. Más de 768 millones de personas sufren hambre en todo el mundo, según un nuevo informe de la ONU, en el que se advierte que el dato se ha disparado en 150 millones con respecto a las estadísticas recabadas antes del estallido de la pandemia de Covid-19 y se llama a actuar cuanto antes para contener una emergencia que amenaza con empeorar.
El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) pone de manifiesto que el objetivo del hambre cero en 2030 está cada vez más lejano, con constantes subidas de la inseguridad alimentaria que amenazan con ir a más en los próximos meses por los efectos colaterales de crisis como la guerra en Ucrania.
Las estimaciones de este documento mantienen el dato de personas hambrientas entre 702 millones y 828 millones, con el objetivo de reflejar las incertidumbres asociadas principalmente a la pandemia de COVID-19, por lo que establece como referencia el punto medio de 768 millones.
Se espera que casi 670 millones de personas pasen hambre en 2030, una cifra similar a la de 2015, cuando se establecieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según el estudio, elaborado por varias agencias de la ONU, entre ellas la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La cifra de personas afectadas por el hambre había permanecido prácticamente estable desde 2015, pero la pandemia de coronavirus supuso un punto de inflexión. Así, si en 2019 el 8 por ciento de la población mundial entraba dentro de esta categoría, en 2021 ya representaba el 9.8 por ciento, casi una décima parte.
La proporción ronda el 29.3 por ciento unos 2 mil 300 millones de personas si se tienen en cuenta a quienes sufren inseguridad alimentaria moderada o grave, siendo 924 millones quienes se encuentran en este último escalón, que deja a la población expuesta a graves riesgos de salud que incluso amenaza con costarles la vida.
El hambre también tiene género, ya que la brecha sigue aumentando y ya supera los 4 puntos: el 31.9 por ciento de las mujeres padecía en 2021 inseguridad alimentaria moderada o grave, frente al 27,6 por ciento de los hombres.