Una pregunta para aquellos conductores de vehículos en Cajeme: ¿Cuántas veces al día caen, irremediablemente, en algún bache?
De por sí, cuando llegó el alcalde Javier Lamarque a la codiciada silla en palacio, las calles ya eran una pista de entrenamiento lunar, por aquello de los cráteres, pues ahora con las lluvias que gracias al cielo han sido abundantes, pues también, el agua, ha provocado que resurjan estos con las mismas ganas que nos cayó el Covid hace dos años, y aquí, no existe vacuna posible, mas que aquella de dinero. Y dinero, parece que no hay, mas allá de lo indispensable.
Y lo mismo pasa en el estado, donde es claro que, el gobernador Durazo está batallando con la cuestión de los centavos.
Trae muy buenos proyectos, pero, pues, el dinero federal no aterriza.
¿Se va a remodelar la aduana de Nogales y sacar el ferrocarril de la ciudad? Parece, pero, la pregunta es cuándo y con qué.
Y lo mismo pasa con la remodelación del puerto de Guaymas, la carretera de cuatro carriles hasta Chihuahua, inversiones en el ex parque Refieson en Cajeme y así, una serie de acciones que, sin lana, solamente quedan en buenas intenciones.
Y para que esto suceda, pues desde la Secretaría de Hacienda Federal, tienen que abrir la llave y hasta donde se ve, se palpa, se entiende, luego de pobreza franciscana, solamente hay lana para los proyectos insignes del presidente López Obrador, y los demás, háganle como quieran.
Y si las obras prioritarias no arrancan en Sonora, pues obviamente no habrá lana para arreglar vialidades y tendremos que seguir, esquivando baches, socavones y demás.
Esa es la triste realidad.
¿Y EL HELICOPTERO APÁ?
Mientras en nuestro municipio los ataques armados con funestos fallecimientos diarios siguen estando en los dos dígitos mensuales, mientras el anterior pasamos de los 40 asesinatos, los helicópteros de la Marina que nos harían un buen paro si tuviéramos uno que se activara cuando hay un ataque, son utilizados en cosas mucho más importantes, como trasladar a la mascota del equipo de béisbol, Olmecas de Tabasco, al juego inaugural de Play off.
La nota dice: “Un helicóptero de la Secretaría de la Marina fue utilizado para transportar a “Pochichoco”, la mascota oficial del equipo de béisbol Olmecas de Tabasco, al estadio “Tumbapatos” del municipio de Macuspana durante el arranque del primer partido de playoffs del equipo de casa contra los Tigres de Quintana Roo”. Subrayando, Macuspana.
Sin duda en este gobierno de la 4T, las prioridades son muy distintas a las que nos gustaría a los mexicanos, más, a los que vivimos en zonas de prácticamente guerra y donde, quienes nos deberían defender, ni las manos meten.
Mientras aquí en Cajeme, ya quisiéramos un helicóptero como aquél que compró el Ayuntamiento cuando Sóstenes Valenzuela fue alcalde.
Una burbujita que piloteaba mi amigo el Nolly Valdés y que decían que, para que se elevara, tenían a cuatro policías en cada uno de los extremos de las patas, y a la cuenta de tres lo lanzaban a los aires.
Botana aparte, ¿qué tal nos caería un aparatito de esos?
¿SIEMPRE HAY UN VIDEO? AQUÍ SON VARIOS
Hace 12 años, cuando el presidente López era un férreo opositor a las políticas anti narco implementadas por el tristemente célebre Felipe Calderón, aseguraba que el ejército debería de regresar a los cuárteles.
En febrero del 2012, mediante un vídeo, dijo: “No debe seguir exponiéndose al Ejército, ni socavarlo; regresarlo en la medida que se va profesionalizando la policía y eso nos llevará seis meses, en tanto la nueva policía federal sea la que se haga cargo de garantizar la seguridad”
Lo mismo declaró en 2016, pero ahora, cuando es gobierno, el ejército ejerce muchas otras funciones que van, desde albañiles constructores de las obras prioritarias de López, policías municipales y también, ah cómo no, controlan las aduanas.
Pero Mr. “cabecita de algodón” suele cambiar de opinión y, próximamente, el 16 de septiembre de enfrente, le dará otra potestad al ejército mexicano, en esa fecha, la Guardia Nacional, ese cuerpo que quiso algún día ser sustituto de la polícia federal, pasa a ser controlada por la milicia.
Digo, ¿a poco no vivimos en un país que ni Kafka habría soñado?
Gracias