NUEVA YORK. La Conferencia por el Cambio Climático de Naciones Unidas finalizó la madrugada de este domingo con la aprobación de una resolución por la que se prevé la creación de un fondo destinado a financiar los daños climáticos que ya sufren los países más vulnerables a los efectos del calentamiento global.
El acuerdo, calificado como histórico, fue aprobado por cerca de 200 estados en la sesión de clausura de la COP27, donde también se refrendó el Plan de Implementación de Sharm el Sheij y fue recibido con un sonoro aplauso por parte de todos los representantes.
Según se reflejó en el texto, los países establecieron un consenso respecto a la “necesidad inmediata” de aportar recursos financieros “nuevos, adicionales, predecibles y adecuados” para ayudar a los países en desarrollo que se encuentran en una posición vulnerable respecto a los impactos “económicos y no económicos” del cambio climático.
En este sentido, se hace referencia a los desplazamientos forzados y los efectos en el patrimonio cultural, la movilidad y la vida, así como a los medios de subsistencia de las comunidades, por lo que subrayan la importancia de dar una respuesta “eficaz y adecuada” a las pérdidas y daños.
La propuesta, que aún cuenta con muchos detalles por perfilar, respalda la “solución mosaico” que pedía el bloque negociador de la Unión Europea, entre otros países, que abogaban por recurrir a nuevos instrumentos financieros para ayudar a costear los daños tras fenómenos extremos relacionados con la crisis climática, además de crear un fondo nuevo en el marco de la UNFCCC.
El texto, una declaración política sin efectos vinculantes, recoge las propuestas consensuadas por las partes para contener el calentamiento global por debajo del grado y medio de temperatura media en 2100 respecto a los niveles preindustriales a fin de evitar las peores consecuencias de la crisis climática, como recomienda la comunidad científica y refleja el Acuerdo de París.