Bécker García
Cajeme, ¿jodido? y lo que le sigue…
Vi a los diputados de Movimiento Ciudadano, los reales (Russo y la Pinky) y los “prestados” (Natalia y El Pato), reclamarle a los otros diputados sobre el presupuesto de egresos aprobado para el 2023, para varios municipios, pero, hicieron hincapié en el otorgado a nuestro municipio, Cajeme, por ser paupérrimo por decir lo menos.
El alcalde Javier Lamarque no tiene mucha vela en el entierro del Congreso Estatal, pero sí los tres diputados electos de Morena, es decir, el Pollo Castelo, Ernestina Castro y el Iram ya ni me acuerdo del apellido. Pero bueno, dice don Javier Lamarque que está acostumbrado a hacer mucho con poco… literal…
Por lo pronto, se me hizo sumamente raro que el Pollito Castelo haya sido quien defendió las indefendibles participaciones para Cajeme, y hasta penita daba sus argumentos.
Yo recordé entonces, que, a cada rato en mis redes sociales, me aparece un anuncio (obviamente pagado), el cual me indica que yo me perdí una publicación del diputado y me invitan a verla. Digo, para eso sí hay lana, aunque la verdad, sus mensajes son casi como copy-paste uno del otro…. Estamos en el ejido El Rodeo donde entregamos… ahora estamos en tal parte donde entregamos y… así, igualitos casi todos, igualitos.
Pero bueno, regresemos a Cajeme, ese con el cual Don Raúl Castelo sueña con gobernar, para comentarles, que otra vez, lectora, lector, vamos a tener un año para la patada, es decir, casi sin inversión en infraestructura.
Momento, debo aclarar que me da cierto gusto ver que, por varias calles por donde suelo transitar, se están repavimentando las mismas y eso es una buena noticia; la mala es que, fue mediante un préstamo de cien millones de pesos, mismos que tengo entendido deben pagarse en un año. ¿Y de dónde van a salir esos milloncitos? Exacto, del magro presupuesto aprobado el año entrante para Cajeme. ¿Okei?
Yo no sé qué karma estamos pagando los cajemenses para ver cómo nuestra ciudad se va deteriorando cada día más.
Miren, saquemos cuentas. Cuando y como dice la canción de Roberto Carlos, era un chiquillo, por las fechas de diciembre llegaban a la casa donde vivíamos, y tocaba un niño o una niña la puerta: “Dice mi amá, qué si no tiene algo que nos regale” y ahí tienen a mi madre, la Panchita de Huatabampo, sacando tilichis, juguetes o ya de jodido, tamales o recalentado para darles. Paréntesis, no digo que vivíamos de la Náinari para allá, pero a la Allende y Durango también nos llegaban, y, obvio, cuantimás a las casas de la zona norte, donde parecía un desfile.
Pero eso era antes, todavía, hasta hace algunos poquitos años. Peeeerooooo, ahora, existe la novedad de las ventas de garaje, donde, de muchas de esas casas, sacan lo que les va sobrando del año, hacen sus tenderetes y esperan a los clientes potenciales; es decir, ya casi nadie regala nada y eso, es un síntoma, a querer y no, que el apretado cinturón, busca ganarse unos centavos antes de regalar. Tiempos modernos, dirán.
Y hay muchos otros indicios que nos dicen a gritos, sobre lo deteriorado de la economía cajemense, o, ¿quién no conoce a alguien que cerró su negocio durante la pandemia para ya no abrirlo?
El trienio pasado, cuando inició esto de la desaceleración económica, se prometieron mil millones de pesos para Cajeme que nunca llegaron: 500 de la venta del Tomás Oroz, y otros 500 que prometió don AMLO para pavimentar las calles y… pues saaaabeeeeee… no se vieron.
Son tristes y duras las comparaciones, pero pues resulta que nos dijeron, en la campaña del 2018, que si Cajeme votaba AMLO y Sergio Pablo Mariscal (su amigo, decía), nos convertiríamos en una especie como de Tucson, Arizona con el chorro de lana que llegaría a nuestro pueblo y… nada…
Luego en el 2021, se amplió la cosa: Presidente AMLO, gobernador Durazo y alcalde Lamarque y… psssss…
No entiendo entonces porqué nos han castigado tanto y a las pruebas me remito, por ejemplo, en el caso del Itson, a quien le han quitado presupuesto y les dicen, prometen, que lo tendrán en el 2023 de otra partida, aunque no dicen de cual, y tampoco lo juran, ¿verdad?
Y ya no quiero meterme en vericuetos de seguridad porque, luego de leer que, a metros de la comandancia de policía de Cajeme, balearon un taxi donde iban niños para ajusticiar a alguien, pues me queda claro que esto, ya no tiene remedio y más vale pedirle a la virgencita que no nos alcance una bala perdida pero muy dañina, que vaya dirigida a otra persona.
Y miren, amables lectores y lectoras, escuchado en una barbería: “venía de la presa y los guachos iban siguiendo a alguien que viajaban también en moto; me hirieron, estrellé mi moto contra una casa, los soldados pasaron de largo y me dejaron tirado; como pude me subí de nuevo a la moto, e intenté llegar a un hospital para que me atendieran. Luego llegó la policía y me dijo que pusiera la denuncia… ¿Pa qué pues? Puro perder el tiempo”
Así las cosas
Gracias.