Después de permanecer tres años en prisión por un aborto involuntario, ayer fue liberada Aurelia García Cruceño, joven indígena de Guerrero.
Aurelia es una mujer nahua originaria de Xochicalco, municipio de Chilapa de Álvarez. Sufrió una violación en 2019 por una autoridad comunitaria de su municipio. A raíz de esa violación quedó embarazada y meses después sufrió un aborto involuntario.
Aurelia decidió huir de su pueblo. Hasta ese momento desconocía que estuviera embarazada, lo supo mucho tiempo después, hasta que tuvo un aborto involuntario.
Debido al parto fortuito, Aurelia vio afectada su salud. Fue traslada a un hospital para brindarle atención médica.
“Todavía ella no estaba recuperada, no se sabía de los hechos ni del producto y ella ya estaba siendo procesada, detenida, esposada en la cama del hospital. Ya estaba siendo oficialmente detenida por el delito de homicidio”, narró Garzón Bonetti, quien también es integrante del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
Desde ese momento fue encarcelada en el centro penitenciario de Iguala.
Para la determinación de su caso hubo alrededor de cinco audiencias. Quedó absuelta del delito de homicidio en razón de parentesco.
Aurelia salió acompañada de su madre Agustina Cruceño Naranjas, de su padre Alberto García Palazin, y sus abogadas defensoras Verónica Garzón Bonetti y Ximena Ugarte Trangay.
Entre los planes de Aurelia ahora que está en libertad es estudiar y convertirse en maestra.
“Voy a estudiar mucho y ojalá pueda lograr mi sueño de ser maestra”, expresó Aurelia.
Comentó que aprendió a hablar español en la cárcel y que conoció a más mujeres en su misma situación, a las que apoyará a que sean liberadas.
Diversas activistas y colectivas feministas estuvieron fuera de Palacio de Justicia de Iguala en apoyo a Aurelia.
La defensa presentó los alegatos finales y ayer le dictaron la sentencia final.
Aurelia es una mujer libre y podrá continuar con su proyecto de vida.