Pablo Beltrán
No es Piña, es la República
Y vaya que al entre de semana fue todo un eco el evento del titular del ejecutivo realizado con motivo del día de la expropiación petrolera.
Y por supuesto que el presidente AMLO demostró músculo político, al llenar a reventar la plancha del Zócalo y ser ésta testigo de un discurso grandilocuente, con una buena dosis de antiyanquismo. No faltó por supuesto el cálculo sui géneris del gobierno de la CDMX, que quizá por quedar bien, cuantificó a los presentes por el orden de las quinientas mil almas. Sin saberse a ciencia cierta si se trata de una guerra de vencidas con la oposición -que semanas anteriores de igual forma llenó la Plaza de la Constitución-, con el ingrediente curioso de que a este movimiento los mismos funcionarios de la gran ciudad solo le calcularon los cien mil asistentes.
Algunos se preguntan dubitativos si en el evento más reciente se dio el fenómeno de la dilatación del cemento de dicha plaza, o si los asistentes optaron por hacer uso del sonorense “a papuchi”, pues solamente así se pudiera explicar el medio millón referido por Batres, ya que la plancha y sus alrededores (calles) miden aproximadamente las cinco hectáreas, que no es otra cosa que cincuenta mil metros cuadrados, así que saquen sus cálculos por metro.
Pero bueno, eso de la numeralia se torna en lo menos importante comparado a las diatribas lanzadas desde el Zócalo con dirección al edificio de la Suprema Corte y sobre todo a la quema de una muñeca gigante que caracterizaba a la ministra presidente Norma Piña. Interesante sería saber por quién fueron azuzadas esta decena de personas que llevaron a cabo la hoguera de la togada, en las cuales se ve claro que obedecen a una línea política, la cual esperemos no provenga desde palacio nacional, pues si bien el presidente ha demostrado su molestia un día sí y otro también contra la Corte y el Poder Judicial de la Federación, no creemos que se llegue al grado de la instrucción ni a la inducción, pero si pudiera darse el efecto de los “queda bien”, obrando en forma radical.
No debe imperar el coraje por haber sido descarrilada la ministra Yasmín Esquivel en su ruta hacia la presidencia de la Corte, ni deben de caldearse los ánimos por los descalabros del Plan B ante el escrutinio de los tribunales. Ni tampoco debe de generar molestia el hecho de que los jueces a veces condenen o a veces absuelvan, pues ello va en base a una facultad derivada del análisis probatorio de los casos.
Y no quiere decir que no pueda haber crítica, pero no se puede llegar al grado de despreciar a ningunos de los otros dos poderes, menos en forma extrema al que tiene en sus manos el velar por la protección de valores fundamentales –como la vida, libertad, patrimonio, igualdad, dignidad, etcétera-, pues sin ellos somos más vulnerables que una copa de cristal.
Por eso señores, no se trata de Norma Piña, son los frenos y contrapesos, se trata del poder judicial.
Pero aún más allá: se trata ni más ni menos de mantener a salvo el sistema republicano…a menos que…
HOMBRES DEL SURCO. Y por donde hubo buena celebración en la semana, fue por los rumbos del Centro Experimental Norman Borlaug, con motivo del Día del Agricultor que año con año se celebra en el Valle del Yaqui.
El evento convertido prácticamente en una expo agrícola trajo consigo las lecciones derivadas de las investigaciones realizadas por las instituciones del ramo y por supuesto que en el itinerario se incluyeron los recorridos sobre áreas de experimentación sembradas con las nuevas variedades, como la Marcela F2023, de trigo harinero.
Desde luego, que presentes en tales festejos los liderazgos agrícolas de las organizaciones del sur de Sonora, en donde a pesar de los vendavales de la política agropecuaria, no cesan con la lucha de hacer producir al campo.
Ahí presentes, como invitados de lujo, estuvieron tanto el Secretario de Agricultura Víctor Villalobos, al igual que la ídem estatal Fátima Rodríguez, mismos que en el discurso dieron algo de aliento para que los hombres de la pala no bajen la guardia ante los nuevos retos, pues es bien sabido que el sector primario no solamente tutela el tema del abasto alimentario, sino que de alguna manera también incide en el control de la inflación y claro, cuando dicho sector encuentra asideros para que la producción no se torne costosa.
Hoy por hoy, los productores –según el dicho de algunos- se encuentran un poco de capa caída y no solamente por el recurso limitado del agua, sino además porque siguen en espera de los subsidios prometidos desde hace algunos años y que no han llegado, así como tampoco ha llegado a Ciudad Obregón la prometida sede nacional de la Secretaría de Agricultura ( SADER), lo que al parecer –al igual que los subsidios- solo fue una quimera dentro del ejercicio de la fallida desconcentración administrativa.
Ni hablar, a esperar y aguantar dicen los hombres del agro, pues en cada sexenio se encuentran con los asegunes de los gobiernos en turno, por lo que en su estoicismo no hacen más que ponerle más empeño a la madre tierra, para sacar los frutos que alimentarán a sus congéneres. Por eso, sin lugar a dudas, el agricultor siempre estará sentado a la diestra del Señor…
RUIDO POLICIAL. Y lo que siguió generando buenos decibeles, fue lo anunciado por un grupo de policías inconformes de Cajeme, que después de haber participado en algunas marchas de protesta ante la autoridad municipal, se dice que han sido citados gradualmente ante el área de responsabilidades en torno a posibles infracciones de orden administrativo, lo que en su caso traería aparejadas sanciones.
Se convierte en un verdadero reto para el presidente Lamarque el enfrentar esta situación, pues al ser el máximo encargado de la seguridad pública por disposición de la propia ley, no le queda más que entrarle al tema de la manera más inteligente y ver si en efecto tales citaciones obedecen a una reacción de los mandos (aunque las citaciones terminen siendo por otros hechos), o se trata simplemente del devenir natural de los procedimientos, que no llevan nada de chanfle.
Pues sí, el alcalde tiene una bola de fuego, pues el municipio ya no es aquella ciudad de paz de antaño, por lo que los policías se tornan en la pieza fundamental para regresar la tranquilidad tan anhelada por los ciudadanos, la cual por cierto lamentablemente cada día se ve más lejana, pues basta ver el mes de marzo en donde a esta fecha casi se frisan las seis decenas de ejecuciones, lo que incluso fue tema de la mañanera nacional en la voz del presidente López Obrador.
Y claro que no se ocupa la confrontación del jefe con la tropa, sino todo lo contrario: en función a la conciliación y motivación con los agentes del orden, en esa proporción deberá de venir la mejoría de la situación…. Cuando menos eso esperamos…