SANTIAGO. Chile ejercerá a partir del miércoles la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico para traspasarla a Perú un mes más tarde, tras la negativa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de entregársela al gobierno de Dina Boluarte, por considerar que llegó al poder en Perú mediante un “golpe de Estado”.
El grupo, conformado también por Colombia, informó en un comunicado que la decisión se adoptó en un encuentro celebrado en Santiago entre representantes diplomáticos de las cuatro naciones. Más tarde, el canciller chileno, Alberto van Klaveren, dijo a periodistas que su país iba a asumir el liderazgo temporal de la alianza, pero solo por un mes, en lugar del plazo habitual de un año.
“Nosotros siempre hemos reconocido el derecho que le corresponde al Perú para ejercer la presidencia pro témpore y es en ese espíritu que hemos asumido la responsabilidad de actuar como intermediarios para poder resolver esta situación”, argumentó.
El ministerio de Relaciones Exteriores peruano señaló en un comunicado que “el acuerdo alcanzado refleja la voluntad política de seguir apostando por la integración latinoamericana, que favorece el diálogo, el intercambio económico-comercial, la cooperación y la inserción internacional”.
El presidente López Obrador, dijo en febrero que se negaba a traspasar la presidencia pro témpore del grupo a Perú, en respuesta a la destitución en diciembre del en ese momento gobernante peruano Pedro Castillo, reemplazado por Boluarte. El traspaso debía haberse producido en noviembre, pero el Congreso peruano dominado por la oposición de derecha prohibió viajar a Castillo y en diciembre el mandatario andino fue destituido tras intentar disolver de forma ilegal el parlamento unicameral.
En los últimos meses, las relaciones bilaterales se deterioraron hasta el punto de que Lima expulsó al embajador mexicano en el país y retiró al suyo en México, y el Congreso peruano declaró “persona non grata” a López Obrador.
La Alianza del Pacífico es un mecanismo de integración económica y comercial basado en la libre circulación de bienes, servicios y capitales, que apunta a los mercados de Asia. Con más de 230 millones de personas, se considera la octava economía mundial y representa el 41% del Producto Interno Bruto de América Latina y el Caribe.