Clara Aragón / MO
Para pedir paz, primero debe de haber paz en el corazón, dijo el Obispo de la Diócesis de Ciudad Obregón, quien en más de una ocasión ha hablado de la violencia que afecta a la región.
“De lo que pensamos que no se va a solucionar, Dios va solucionando”, expresó después de celebrarse una homilía por sus 30 años de ordenación sacerdotal, evento que se realizó en Catedral del Sagrado Corazón.
“Aquí se ve la grandeza del señor, que, a pesar de mi fragilidad, de mis fallas, el Señor me ha confiado este ministerio”.
Son dos años y medio los que Monseñor Felipe Pozos Lorenzini ha pasado en la Diócesis de Ciudad Obregón, donde dijo que se ha sentido “muy agradecido, como en casa”.
A partir de ahí ha conocido necesidades de la región, entre ellas la falta de lluvia, razón por la que desde el pasado 4 de junio en todas las misas se hace oración por la lluvia, ya que es un don necesario.
Otra necesidad es la paz, siendo Jesús quien puede otorgar este don.