Dayan Lagarda

EL TIEMPO

La controversia por el impuesto que el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (Inifap) pretende poner a la semilla de maíz para este ciclo 23-24 continúa, pues los productores aseguran que el organismo investigador no aporta gran porcentaje a la mejora genética de los cultivos.

De acuerdo con agricultores del Valle del Yaqui, es el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt), quien otorga más del 90% de las variedades de trigo que se producen aquí y no el Inifap, por lo que consideran injusto su nuevo gravamen.

Los productores han enviado una carta a Luis Ángel Rodríguez del Bosque, encargado del despacho de los asuntos correspondientes a la dirección general del Inifap, solicitando que venga a Cajeme y les expliqué porque está tratando de aplicar esta cuota.

También destacaron que el Patronato para la Investigación y Experimentación Agrícola del Estado de Sonora (Pieaes), sustenta un buen porcentaje de la investigación, alrededor de 4 millones de pesos que salen de la bolsa del productor del Valle del Yaqui.

Esta insistencia por parte de Inifap empezó hace un par de años, justificando que el cobro funge como una regalía hacia ellos, todo lo contrario, a lo que ha sido Cimmyt con ellos, considerándola una institución muy abierta al sector, manteniendo convenios de buena voluntad y recíproco para ambas partes.

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