Becker García

Claudia solamente puede echarle porras a su jefe…

Lo dificultoso para un candidato oficial, es el hecho de que, en ocasiones, es más fácil remar contra corriente (como normalmente lo hacen los opositores), que aprovechar las buenas mareas de su predecesor y sumarlas a su favor. 

En el caso de Claudia Sheinbaum, la alta aprobación de su mentor, el presidente López Obrador, no es fácil de heredar, puesto que, más que con su manera de gobernar, tiene que ver con el carisma propio del tabasqueño, de la cual, doña Claudia carece. Y vaya que la señora lo ha intentado, hasta llegar al extremo de imitar su manera “tabasjqueña” de hablar, con resultados patéticos y ridículos.

Pero bueno, lo anterior, es la escena, la pantomima, pero hay una realidad mucho más conflictuada con ella, porque, según el último tracking pool de Mitofsky, Andrés Manuel cayó, de inicio de octubre a principios de noviembre, 2 puntos en su aprobación, es decir, 58%, la cual sigue estando altísima, pero no se hereda y hacía mucho tiempo que la tendencia de López a la baja no se veía. En esa misma medición, pues resulta que ahora, en números netos, el presidente cuenta que la desaprobación también ha crecido hasta llegar al 42%, la más alta de todo el sexenio.

Lo qué sí pasa con los que desaprueban a quien los gobierna, es que, no solo lo hacen por la persona, sino también, por lo que representa, y en este caso, se traduce en desaprobación para Morena y todo lo que esto signifique.

Momento, lo anterior no quiere decir que doña Claudia puede perder la Presidencia de la República, pues, con sus números actuales, si hoy fueran las elecciones, ganaría de manera holgada, no obstante, las campañas aún no empiezan y faltan 208 días para que la ciudadanía se enfrente a la boleta electoral, y, en ese largo período, pueden pasar muchas cosas.

Ahora bien, basta con hacer una lectura en medios de la arenga diaria tanto de la doctora Sheinbaum como la de su contrincante principal, la ingeniera Xóchitl Gálvez, para obtener conclusiones interesantes sobre cómo podrían moverse los números de las encuestas hacía uno u otro lado. Y pongo un ejemplo publicado en muchos medios de comunicación, este lunes: Ante las declaraciones de los ex presidente Zedillo y Calderón, sobre el riesgo que corre México de tener otro presidente tan autoritario y mentiroso como AMLO, doña Claudia declara: “Y que no venga a decirnos (Ernesto) Zedillo o (Felipe) Calderón que está en riesgo la democracia, ellos pusieron en riesgo la democracia y nosotros con nuestro movimiento de la cuarta transformación y el pueblo de México defendemos la democracia en el país y eso se va a ver el próximo año que siga habiendo transformación en México, ese es el clamor popular”. ¿Se fijan? El discurso de la precandidata de Morena a la presidencia, se centra, casi exclusivamente, o en defender a su patrón AMLO, o reiterar ese ya desgastado discurso de que ellos, son diferentes cuando, en la práctica, han demostrado ser iguales a los prianistas y, a veces, hasta peores, y eso, seguramente ese 42% que desaprueba a AMLO, se lo va a recargar a la doctora Claudia.

Mientras la ex jefa de Gobierno defendía a su mentor AMLO, la Gálvez, virtual candidata de la alianza PAN-PRI-PRD a la Presidencia, por esas mismas fechas, recorrió Acapulco, Guerrero y declara: “Está tan rebasado el Gobierno que ojalá más personas fueran a ayudar a Guerrero, (porque) no veo los centros de acopio abarrotados” y abundó: “la gente sí está esperando que le tiendas la mano… dejémonos de dimes y diretes pongámonos a trabajar por Guerrero, hay muchas cosas por hacer, el desastre es de una dimensión brutal”. 

Haciendo una imparcial reflexión sobre ambos discursos, tú, apreciada lectora, entrañable lector, ¿cuál cree que penetre más en la gente afectada o no por el huracán Otis? (Chairos, abstengánse porque croquetas de por medio, su opinión es parcial).

Es evidente que, el discurso que más llega es el de Gálvez, y más, porque ella sí, recorrió Acapulco, mientras AMLO y Claudia, en un equivocado afán de intentar como manejo de crisis, que su presencia en las zonas afectadas no se confronte con la realidad, y, con el ya conocido rechazo del tabasqueño de no disponer de un solo peso extra en el presupuesto para la reconstrucción del puerto (ah, pero qué tal a Dos Bocas y el Tren Maya) demostrando su mezquindad, la Gálvez pide solidaridad, empatía y caridad, de cuerpo presente.

Mientras que los problemas se le siguen acumulando al presidente, mientras los renglones de seguridad, salud, infraestructura y muchos otros se caen a pedazos, la doctora Claudia, no puede aprovecharlos para alzar la voz contra su jefe Andrés Manuel, y mientras, Xóchitl, no deja de insistir en que, este gobierno, es un total y rotundo fracaso y eso, le va a sumar simpatías. 

¿No me creen? Al tiempo, al tiempo.  

Gracias por leerme.

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