Becker García
Una historia de perros y de gatos
Esta es una historia real, a la cual le cambiaré nombres pues, aún ahora, tengo una no frecuente relación, sino esporádica, y pues como que ya no estamos para andar tirando amistades y conocidos a la basura.
Romualdo (nombre inventado), se reía de nuestra familia, porque, cuando visitaba nuestra casa, se le hacía increíble el trato que le dábamos a nuestras mascotas. No puede ser, decía, que las traten casi como humanos, cuando son animales.
Se desternillaba de risa cuando, a la hora de la comida, les preguntábamos si le faltaba sal o le sobraba, si tales croquetas eran de buen sabor y así, y entre risa y risa decía: “el día que te contesten, vas a irte directo a la Cruz del Norte”
El caso es que un día, allá por la juventud primera, Romualdo conoció a una hermosa muchacha, de grandes sentimientos, inteligente y, sobre todo, con un gran amor por los animales. Fue entonces que, de la noche a la mañana, cambió de parecer con respecto a las mascotas, y, en menos de un mes, ya tenía en su casa a dos perros, un gato y una gata a punto de tener sus gatitos.
Y fue otro, les hablaba, los mimaba y hasta, por las noches, permitía que la gata durmiera en su cama, y, argumentaba, que en cualquier momento iba a parir y él tendría que estar atento.
Obviamente Romualdo, hizo todo lo posible, y lo consiguió, para que su amada Susana (nombre también ficticio), se fijara en él y su gran amor por los animalitos, y, además, para aumentar sus posibilidades de aceptación amorosa, se involucró en grupos de rescate y adopción animal, de aquellos primeros que hoy son muy comunes, pero en ese entonces no tanto.
Cierto día, en su casa, al ver cómo era que trataba a sus animales, medio me burlé de él y le dije, parafraseándolo, “ahora sí, el que se va a la Cruz del Norte es otro”.
Yo no sé a ciencia cierta qué fue lo que ocurrió, pero, luego de concretar un noviazgo con Susana, a los seis meses le “dieron cuello”, es decir, lo cortaron y nunca supo cuál fue la verdadera causa.
Luego de la ruptura, suplicó, imploró, lloró y por supuesto, aumentó el número de sus mascotas tratando de que Susana regresara, lo cual nunca consiguió.
Pasaron los meses sin respuesta positiva a sus amorosos requerimientos de volver, pero, y luego de enterarme que Susana ya estaba en otra relación, fue que un día, llegué a su casa y me di cuenta de que, ya no había ninguna mascota, y me contó; cuando ya perdió las esperanzas de reiniciar un noviazgo y ella ya estaba con otro, subió a todos y cada uno de los animalitos a su carro, manejó lejos de su casa, y, según dice, en una alejada colonia, se detuvo, les puso alimento en una banqueta de una calle oscura, y, mientras sus animalitos comían, subió a su carro y anda vete, los dejó a su suerte.
Hoy, cuando esto escribo, viernes 10 de noviembre por la tarde, se han dado a conocer dentro de MORENA, tres de los nueve resultados de la encuesta, de donde se definirán quienes serán los que, al final, participen en otra encuesta para definir a cada candidato o candidata a las 9 gubernaturas, de acuerdo también a los lineamientos del INE, de que, de las nueve candidaturas, 5 deberán de ser mujeres y cuatro de hombres.
¿Hasta aquí vamos bien?
Durante todo este período, salvo el caso de García Harfuch como precandidato para CDMX, y, a quien no quieren l@s morenistas puros, en el resto de los otros ocho estados, las cosas han transcurridos con una cierta tolerancia, digna de admiración, sobre todo, cuando ya lo sabemos, los de MORENA, herencia de las tribus del PRD, no tienen mucha tolerancia para con los rivales cuando les toca la de perder.
Y lo vimos en el caso Coahuila, donde, uno de los precandidatos, Ricardo Mejía, no aceptó que el elegido fuera el Senador Armando Guadiana, y se lanzó por el PT, con lo cual consiguió dividir los votos de la izquierda y, con ello, la Coalición PAN-PRI-PRD, se alzara con el triunfo.
Igualito pasó con Marcelo Ebrard, quien, luego de que no resultó electo, se volvió un acre crítico del proceso de Selección donde la triunfadora fue Claudia Sheinbaum.
Luego entonces y esperemos en los siguientes días, cuando ya se definan las candidaturas en ese partido, las reacciones de los perdedores, porque, es neta, son belicosas y de rápida y colérica respuesta.
Y sí, mientras no se definían las cosas, todos ellos y ellas, fueron domésticamente mansos, pero, ya lo veremos, de aquí para adelante, muy seguro de que habrá problemas y rupturas.
Y es que, al final, a quien no le gusta perder en la “democracia”, no puede ocultar sus armas de guerra cuando las cosas no se le dan, y entonces, subirán a su carro de guerra a los gatos y a los perros, y, los tiraran en algún remoto lugar, porque, la raíz no se cambia a conveniencia, hasta que la realidad los alcanza.
Ya veremos
Gracias por leerme.