Trabajadores y estudiantes de Tokio se mezclan diariamente junto a turistas en uno de los puntos de encuentro más concurridos de la ciudad japonesa y uno de los monumentos más visitados de la ciudad: la estatua del perro Hachiko en la estación de Shibuya, donde el día de hoy cumplirá 100 años esperando el regreso de su dueño.

Conocido mundialmente como ‘el perro fiel’ por esperar cada día en la estación a su amo, Hidesaburo Ueno (1827-1925), a su llegada del trabajo, incluso una década después de su muerte, Hachiko, el Akita color crema, lleva años inmortalizado muy cerca del famoso cruce de Shibuya en una figura de bronce, obra del escultor Takeshi Ando y erigida en 1948.

Sin embargo, esta es la segunda estatua en honor de este fiel acompañante, ya que la primera fue construida por el padre de Ando, Teru, en 1934, pero tuvo que ser retirada durante la Segunda Guerra Mundial en el marco de los esfuerzos de las autoridades niponas por recopilar todo el metal disponible en el país para la producción de armamento.

La historia cuenta que Hachiko, nacido en la ciudad de Odate el 10 de noviembre de 1923 y cuyo nombre le fue dado por la similitud de sus patas delanteras, ambas torcidas, con el kanji japonés usado para el número ocho (pronunciado ‘hach’), presenció la inauguración de esta primer conmemoración en 1934.

Una de las tardes en las que Hachiko esperaba que Ueno regresara de impartir clases en el Departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio, el profesor no llegó, pues había fallecido repentinamente a causa de una hemorragia cerebral.

Su mascota, que no perdió la esperanza de volver a verlo, siguió yendo a esperarlo cada día a la misma hora y al mismo lugar durante los siguientes casi diez años, convirtiéndose en una figura conocida y apreciada en todo el barrio de Shibuya hasta que falleció en 1935.

La importancia de la historia de Hachiko y, en general, de los perros Akita en Japón se evidencia con el hecho de que el Museo de Naturaleza y Ciencia de Tokio conserva en exposición su cuerpo disecado.

La fama mundial de este perro llegó después de que su historia fuera llevada al cine en 2009 con la película ‘Siempre a tu lado‘, protagonizada por el actor estadounidense Richard Gere.

Cien años después de su nacimiento, la historia de Hachiko sigue emocionando y su estatua es una de las paradas obligatorias de todo viajero, además de un icono de Shibuya y de toda la capital.

“Soy un gran amante de los perros y tuve uno que murió hace poco, por lo que me emociona estar aquí en este momento”, explicó a la agencia de noticias EFE una joven turista.

Por su parte, Boli Nalasco y Fernando Beltrán, visitantes mexicanos, contemplaron en su ruta por Tokio una parada en la estatua de Hachiko.

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