Dayan Lagarda
EL TIEMPO

La compra de agroalimentos de México ha incrementado año con año, poniendo en duda la autosuficiencia alimentaria que busca el Gobierno, pues cada vez merma un poco los apoyos y fondos para el campo, obligando a los productores a dejar su actividad, ya sea la agricultura, ganadería o pesca.

Esta situación afecta directamente a las poblaciones donde la actividad primaria es una fuerte fuente económica, como en Cajeme, donde los productores han tenido que dejar de sembrar, vender su ganado o maquinaria para poder seguir subsistiendo, mientras que se sigue importando a niveles récord.

En 2022, México importó desde Estados Unidos sobre todo maíz, una compra de 4 mil 987 millones de dólares, soya 3 mil 640 millones, carne de cerdo mil 736 millones, trigo mil 590 millones y por leche y crema concentrada pagaron otros mil 397 millones.

Ante esto, Elisa Morales, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), argumentó que, a pesar de que Sonora es un grande exportador y reconocido a nivel mundial, no se apoya a la causa, lo que implica menos producción y más dependencia de otros países.

Mencionó que, en lugar de invertir en el campo, parece que el Gobierno prefiere destinar ese dinero a en la compra de granos y otros agroalimentos, además de afectar la generación de empleos, por lo que llamó a que busquen una verdadera solución a estos problemas, que también afectan a los comercios locales, pues forman parte de la cadena productiva.

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