Becker García
O vivir debajo de un árbol
A ver, a ver, querida lectora, apreciado lector, ¿cómo vislumbran el año 2024 para Cajeme? ¿Cómo creen que la economía de la segunda ciudad más importante de Sonora, se va a desenvolver los siguientes 12 meses de 2024? El panorama, luce negro, por decir lo menos.
Y me explico:
Si hablamos de agricultura, la principal actividad regional, no hay que olvidar que el pasado ciclo, a la gente del campo le fue de la patada, debido a los malos precios de las cosechas y a que, el gobierno, no impulsó ningún apoyo, sino que, por el contrario, redujo hasta instituciones como la Financiera Rural, dejando en la indefensión a quienes trabajan la tierra. Y para este año la cosa pinta peor, pues, además de que en el presupuesto no se le otorgó ningún estímulo al campo, pues el dinero para invertir tendrá que venir de tres partes; recursos propios para los que siembran grandes extensiones, recursos de la banca privada para quienes tienen capacidad de endeudamiento y respaldo, y, o, dinero de agiotistas el cual, siempre es pernicioso.
Entonces, pues, si usted tiene un negocio, cualquier negocio, seguramente el mismo está vinculado con la economía agrícola y esta, viene de la patada.
Por otra parte, cuando la actividad privada cae, siempre existe la esperanza de que, desde el sector gubernamental, se inyecte dinero a la economía, principalmente por medio de obras de infraestructura. La prueba de que esto ocurre, se palpa en el sureste de nuestro país, donde el PIB, ha crecido hasta en un 6%, es decir, cuatro veces más de lo que ha crecido en los estados fronterizos y eso se debe a que, el gobierno de Andrés Manuel ha inyectado miles de millones de dólares en infraestructura y desarrollo y pues, eso provoca derrama entre los habitantes.
En cuanto a los municipios, así que diga uno, cómo van a tener dinero para inversión, pues también hay malas noticias. Los Ayuntamientos obtienen recursos propios por la vía de los prediales principalmente, y dos, por el otorgamiento de permisos; el resto, proviene del pacto federal y este, viene también muy mocho.
Pero, ¿Cómo funciona el pacto federal? Grosso modo, por cada peso que el gobierno cobra en impuestos, IVA, ISR y demás, se concentra en la Ciudad de México, vía Hacienda, para luego de mocharlo suculentamente, regresar a los estados una parte y estos a su vez, luego de otra mordidita al pastel, lo baja a los ayuntamientos. ¿Ok?
Pues siguen las malas noticias: El federalismo en México se replegará gravemente al cierre del presente sexenio, a causa de la reducción en los recursos públicos que se le otorgan a los estados y de la mayor concentración de los mismos en el Gobierno central. No se trata de una situación coyuntural, sino de una estrategia deliberada por parte del Gobierno para acaparar más poder fiscal.Para 2024 el Gasto Federalizado –el conjunto de recursos transferidos de la Federación a las entidades– llegará a 2.55 billones de pesos, 0.3% (7 mmdp) más que en 2023, pero 1% (25 mmdp) menos que en 2018. Es la primera vez en cuatro sexenios que este gasto disminuye. Es decir, y para entenderlo con manzanitas, si bien le va a los estados, tendrán el mismo presupuesto del 2023, el cual fue raquítico para muchas entidades federativas. Y no, no hay muchos recursos extraordinarios de donde echar mano, pues, si acaso se dan, seguramente PEMEX y la CFE los absorverán.
Y si a eso le sumamos las elecciones del año entrante, donde los recursos irán detrás de los votos, y sacamos cuentas de que, Sonora y sus votantes no representa ni el 3% del total, pues tampoco por ese lado habrá mucho circulante ni derrama económica, y, si usted es afortunado con alguna de la muchas becas y apoyos que reparte el Gobierno Federal, pues cuídela, y mucho porque, al paso que vamos, ya con los fideicomisos arrasados, con los fondos vacíos y ante el endeudamiento programados de dos billones y medio de pesos para el 2024, para el siguiente, 2025, creo que, o nos cambiamos de país, o nos vamos a vivir debajo de un árbol
Gracias por leerme.