Becker García
Quién dijo que todo está perdido…
Tengo amigos muy entusiasmados con la candidata Xóchitl Gálvez, y esperanzados a que podrá remontar, el doble de sus preferencias (24%), contra las de Claudia Sheinbaum (48%), en encuesta publicada en El Universal.
Argumentan, y hasta lo hacen bien y convencidos, de que aún faltan meses para la campaña y más aún, para el día de las elecciones, lo cual es cierto.
Pero pasa que la senadora, ha caído en un impasse, luego de que fue designada como candidata del Frente (o como se llame ahora, con ese nombre de telenovela), dejando en la línea a candidatos muy tradicionales y acartonados, como Santiago Creel, Enrique de la Madrid y Beatriz Paredes.
En justa medida, ella los rebasó por la derecha, ayudada y apoyada directamente por el presidente López Obrador, cuando se dedicó a atacarla, sin entender por parte de él, que, a un contrincante menor, no lo debe de señalar uno mayor, pues lo hace crecer a su misma estatura.
Ante esa oportunidad, la señora Gálvez respondía con agilidad e inteligencia, a bote pronto casi, lo cual la hizo crecer. Pero luego, algo pasó, y se ha quedado estancada.
Sí, algunos me dirán que existe una encuesta de Massive Caller, donde ella se ubica a poco menos de 8 puntos de la candidata de Morena, pero esa ha sido la estrategia de siempre del dueño de esa empresa, Sergio Zaragoza, quien primero se contrata como asesor, para luego hacer encuestas a modo vía Facebook, y encandilar a los candidatos primero, y luego a los votantes ya convencidos de su voto, eso provoca un exceso de confianza, y pues, ya vimos en el pasado los resultados, sobre todo para el Senado de Sonora y para la gubernatura, asesorando al PRI.
Así las cosas, pareciera que estamos frente a una candidata distinta a aquella que le devolvía golpe tras golpe a AMLO, hasta que éste, obligado por el INE, dejó de mencionarlo y con ello, se rompió un encanto.
Por otro lado, la ingeniera sigue vendiendo su historia de la niña que vendía gelatinas y llegó a tener su propia empresa, muy exitosa, por cierto, pero, esa ya la compraron millones de ciudadanos, pero no le alcanza para ganar.
Lo cierto es que, ha caído en un cierto impasse y, aquella espontaneidad, ha dado un giro de 180 grados, siendo ahora titubeante y acartonada. Y lo demostró cuando, el pasado 12 de noviembre, en su discurso en el Monumento a la Revolución, se desconectó el telepronter y, con risa nerviosa, no supo improvisar mientras le pasaba su hija un Ipad.
Y eso no es todo, justo hoy, en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, presentado su propio libro, alguien le preguntó por el título, y ella tuvo que tomar una copia para leerlo, es decir, no lo recordaba y que es, “Soy cabrona y media”.
Si bien es cierto, no cometió el oso del ex Peña Nieto, cuando le preguntaron por tres libros que marcaron su vida y, solamente pudo mencionar la biblia, pues, Xóchitl, habló del libro de cuentos del guaymense Edmundo Váladez, “La muerte tiene permiso”; de Ángeles Mastreta, “Arráncame la vida”, y; de Sara Sefcovich, “Demasiado Amor”, pero pues supongo, que la pregunta estaba más que cantada y la respuesta más que repensada.
Obviamente en redes sociales, que tan bien maneja el partido Morena, hizo escarnio de su olvido, comparándola con Peña, pero pues en la realidad, nada que ver una cosa con la otra, pero, ya lo sabemos, en política percepción se vuelve realidad a fuerza de repetirlo.
Falta mucho para la elección, 6 meses, y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas, pero, no hay que olvidar que la Señora Gálvez se está enfrentando a una elección de estado, con todo lo que ello conlleva, al estilo de aquél PRI invencible, que utilizaba todos los recursos para ganar elecciones.
Como dice la canción cantada por Eugenia León, “quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”, y eso, es lo que tendrá que hacer, digo, para que la cosa se ponga chila y, por el bien de México y de nosotros sus habitantes.
Gracias por leerme.