Milton Martínez estrada
Democracia, otro vehículo de la mentira
Durante la década pasada se dijo que la democracia moderna había cumplido sus primeros cien años de historia.
Entusiasmados por este siglo de participación ciudadana, algunos amigos y este quien les escribe externó su opinión sobre este tema.
Fueron muchas las opiniones que logré escuchar y otras tantas que alcancé a leer.
De aquel montón, hay una que me causó tanto asombro como carcajadas.
Fue la vertida por el colega y amigo, Cayetano Lucero, quien dijo: “De la democracia se puede decir todo, sin temor a equivocarse”.
Como se dice coloquialmente, no encontré fallas a esa lógica.
Muchos dirán que la democracia es lo mejor que le ha pasado a la sociedad organizada y otros lamentarán sus incontables fallas.
Para bien o para mal, en la democracia se puede todo sin temor a equivocarse.
Es por eso que ahora, al entrar casi de lleno a las elecciones de 2024, es importante señalar las falacias de la democracia.
Y no hay ejemplo más claro, que el de Edgar Aarón Palomino Ayón, quien recibió su constancia de haber ganado la elección a la alcaldía de Cucurpe en 2021, pero le arrebataron su victoria.
Les voy a recordar un poco más el caso: Resulta que Edgar Aarón quiso ser candidato a la presidencia municipal por el Partido Acción Nacional (PAN) allá en 2021, pero en ese instituto político le cerraron las puertas.
Entonces, unos días antes de la elección tuvo la iniciativa de entregar papelitos con su nombre completo escrito para que los cucurpenses votaran por él, en el recuadro inferior de la boleta electoral.
Sí. Ya saben que todos los candidatos registrados aparecen en la boleta electoral, pero en la parte de abajo hay un espacio en blanco donde el votante puede escribir el nombre a quien desea entregarle su voto.
Una estrategia inusitada que causó una interminable controversia electoral porque el Consejo Municipal de Instituto Estatal Electoral le extendió la constancia de validez a Edgar Aarón por resultar el ganador de la elección, pero ese resultado fue controvertido por el Tribunal estatal.
Así como lo leen o lo recuerdan, Edgar Aarón venció a todas las fuerzas políticas de Cucurpe con ese recuadro en blanco que fue llenado por el electorado.
Consiguió 322 de los 712 votos de esa pequeña comunidad sonorense pero su triunfo fue anulado por los magistrados sonorenses.
Se rechazó el proyecto del magistrado Vladimir Gómez Anduro, quien proponía reponer la elección en Cucurpe porque el interés superior es defender el voto ciudadano.
Y en 2021, los cucurpenses prefirieron escribir el nombre completo de Edgar Aarón Palomino Ayón que votar por algún otro de los candidatos registrados.
Vladimir Gómez Anduro escribió un artículo aquel 2021: “Las Letras Chiquitas de Nuestro Sistema Electoral”.
En 21 páginas, el magistrado sonorense retrata el leonino acuerdo electoral transformado en boletas.
“Tres candidatos no registrados obtuvieron la mayoría de los votos de sus respectivos municipios: Adán Seth Calixto, en Ahuehuetitla, Puebla; Adalberto Reyes Ávila, en San Pedro y San Pablo Teposcolula, Oaxaca; y Edgar Aarón Palomino Ayón en Cucurpe, Sonora”.
Son los llamados candidatos no registrados que causaron furor en los pasados comicios.
Gómez Anduro defendió el voto de los cucurpenses mediante una “tercera opción” que era invalidar la elección porque sería un riesgo dar la victoria a un candidato no registrado porque se desconoce su elegibilidad u origen, pero si se le concede el triunfo al segundo lugar de la elección se violenta el principio de “autenticidad”.
“Por todo lo anterior, para optimizar la vigencia de los principios de libertad y autenticidad que deben regir en todos los comicios y para dotar de una eficacia electoral a los votos emitidos de forma mayoritaria por la ciudadanía de Cucurpe, Sonora a favor un candidato no registrado, se arribó a la conclusión que el efecto electoral de estos votos es la invalidez de la elección por incumplimiento del principio de autenticidad.
“Al declarar la invalidez de la elección por incumplimiento del principio de autenticidad se garantiza a la ciudadanía de Cucurpe, Sonora el ejercicio de un control de la democracia local, de los procesos electorales que tienen como finalidad la elección de sus autoridades municipales que, por sus características, son las más cercanas a la vida cotidiana de los y las Cucurpenses. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la ciudadanía de Cucurpe, al votar mayoritariamente por la opción de candidato no registrado, optó por los cauces democráticos para expresar su rechazo a las opciones político-electorales registradas para contender en la elección municipal.
“Se trata, pues, de una manifestación colectiva de la Ciudadanía de Cucurpe, orientada a resignificar los procesos electorales municipales, de tal forma que su resultado refleje las preferencias electorales de la mayoría; es decir, es un esfuerzo desde la sociedad por lograr la efectiva vigencia de los principios de libertad y autenticidad que deben regir los procesos electorales.
A manera de conclusión, la revisión del caso Cucurpe, ha permitido ilustrar las características y alcances de la propuesta que en este documento se ha denominado “tercera opción”, como una ruta que armoniza la línea jurisprudencial emitida en materia de candidaturas no registradas con la optimización del principio constitucional de autenticidad que debe regir en toda elección”.
Una discusión que dio y dará mucho de qué hablar, no obstante, se requiere observar a detalle los beneficios y perjuicios de la democracia.