Becker García
La violencia imparable
La violencia en México es un problema que ha estado presente en la sociedad durante muchos años y que ha ido en aumento en las últimas décadas. Esta situación ha generado una grave crisis en el país, afectando a millones de personas y causando un gran número de muertes y desapariciones.
Este problema de violencia tiene diferentes manifestaciones, desde la delincuencia organizada y el narcotráfico, hasta la violencia doméstica y la violencia de género. Además de los altos índices de homicidios, México también enfrenta problemas de secuestros, extorsiones y robos.
Uno de los principales causantes de esta violencia es el narcotráfico.
México es uno de los países con mayor producción y distribución de drogas ilegales en el mundo, lo que ha llevado a la conformación de poderosas organizaciones criminales. Estas organizaciones se disputan los territorios y el control del mercado de las drogas, generando enfrentamientos armados y una violencia desmedida.
La guerra contra las drogas que inició Felipe Calderón, agudizó más el problema, se expandió con Peña Nieto y, en la actual administración se ha desbocado.
Los enfrentamientos entre los cárteles de la droga han cobrado la vida de miles de personas, incluyendo no solo a los miembros de las organizaciones criminales, sino también a policías, militares, periodistas, activistas y ciudadanos comunes.
Además, la violencia del narcotráfico ha causado el desplazamiento forzado de miles de personas, que se ven obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio en otras partes del país o incluso en el extranjero tal y como ocurre en Sonora por los rumbos de Altar.
Otro tipo de violencia que afecta a México es la violencia de género. Durante los últimos años, ha habido un aumento significativo en los casos de feminicidios, es decir, el asesinato de mujeres por razones de género.
Estos casos suelen ser especialmente crueles y los responsables rara vez son llevados ante la justicia. Esta impunidad ha generado un clima de miedo y de vulnerabilidad para las mujeres en el país y por lo mismo, como no pasa nada, se han multiplicado. Además de los feminicidios, también se registran altos índices de violencia doméstica y de violencia sexual contra las mujeres.
Muchas veces, estas formas de violencia son minimizadas o ignoradas por las autoridades, lo que perpetúa la impunidad y la vulnerabilidad de las víctimas.
Además de la violencia relacionada con el narcotráfico y la violencia de género, México también enfrenta otros problemas de violencia, como la violencia policial y la violencia política, simplemente, en este inicio de año electoral, 5 precandidatos han sido asesinados.
Los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad son un tema recurrente en el país, con casos de tortura, detenciones arbitrarias y ejecuciones extrajudiciales y, si a eso le sumamos el gran poder que AMLO le ha otorgado a las fuerzas castrenses, tenemos un problema mayor.
Por otro lado, la violencia política también es una realidad en México. Durante las elecciones, se registran actos de intimidación y violencia contra los candidatos y los ciudadanos que participan en el proceso electoral. Esto limita la participación democrática y genera un ambiente de miedo y de inseguridad.
Ante esta situación de violencia generalizada, el gobierno mexicano ha implementado diferentes estrategias para combatir el crimen organizado y reducir los índices de violencia. Sin embargo, muchas de estas estrategias han sido criticadas por su falta de efectividad y por su enfoque militarizado. En lugar de reducir la violencia, algunas de estas estrategias han exacerbado la situación, generando más violencia y violaciones a los derechos humanos.
Además, la impunidad y la corrupción en el sistema de justicia mexicano han permitido que los responsables de la violencia queden sin castigo, lo que perpetúa un ciclo de impunidad y violencia.
Es necesario que el gobierno mexicano implemente políticas integrales y a largo plazo para hacer frente a la violencia en el país. Esto incluye fortalecer el sistema de justicia, garantizar el acceso a la justicia para las víctimas, erradicar la corrupción y reformar las instituciones de seguridad.
Además, es fundamental promover la prevención de la violencia a través de políticas de educación, empleo y desarrollo social. La violencia en México es un problema complejo y multifacético, pero no es insuperable.
Es responsabilidad del gobierno, de la sociedad civil y de la comunidad internacional trabajar juntos para combatir este problema y construir un México más seguro y justo. Solo a través de un esfuerzo conjunto y de una determinación firme se podrá poner fin a la violencia en el país y garantizar un futuro mejor para todas las personas que vivimos en México.
Gracias por leerme.