Milton Martínez Estrada

¿Qué podemos esperar de las elecciones?

Por espacio de 90 días escuchamos las propuestas de los diferentes candidatos y ha llegado el momento de decidir en favor de quiénes vamos a emitir este 2 de junio.

El camino no ha sido fácil; muchos chismes, rumores e intrigas han ido y venido en derredor de los políticos, mismos que aspiran a gobernar nuestro país, el Congreso de la Unión y nuestros municipios.

Debemos esperar que este próximo domingo salgan a emitir su sufragio más de 958 mil 526 ciudadanos credencializados, porque esta fue la cifra de votantes en 2021 para el estado de Sonora.

Hace tres años se tuvo una participación electoral del 43.8% de la lista nominal, es decir, en Sonora salen a votar solo 4 de cada 10 ciudadanos. Podemos esperar que este número se incremente en esta jornada electoral.

A fin de que la equidad de género mantenga su trayectoria en ascenso también podemos esperar que se supere el número de victorias de mujeres contendientes a las alcaldías sonorenses porque en 2021 fue de 16 presidentas municipales electas.

Asimismo una curva en ascenso deberíamos esperar en el Congreso local, donde 10 de los 21 escaños fueron ganados en las urnas por mujeres. Veremos cómo resulta todo en el Parlamento sonorense este 2024.

Siendo positivos también se tienen grandes expectativas sobre el municipio de Cajeme para que aumente su participación ciudadana del 41% que obtuvo en las elecciones de hace tres años.

En aquella ocasión salieron a votar 133 mil 630 cajemenses y 2 mil 852 anularon su boleta. Se espera que se incremente el universo total de participantes en la elección.

El mismo deseo que todo mejore se espera en Nogales donde solo 1 de cada 3 residentes fronterizos acuden a las urnas (32.6%). En 2021, la cifra de votos fue de 65 mil 968 y mil 882 resultaron nulos.

Dato curioso: Nogales es el municipio con más de 100 mil habitantes que tiene menor recepción de votos en Sonora. Ojalá se revierta esta incivil estadística.

Hermosillo presenta una sólida participación del 43.9%, lo que significa 280 mil 840 votantes. Más de 7 mil 642 anularon sus votos y los candidat@s no registrad@s recibieron 503 apoyos.

En la capital sonorense se espera que disminuya la guerra de lodo y la jornada electoral transcurra pacíficamente.

Lo que no debemos esperar

En esta fiesta electoral  deberían estar fuera de la contienda las amenazas y hostigamientos que reciben algun@s candidat@s por las tendencias electorales que les favorecen.

Este fin de semana supimos que una candidata fue amedrentada para que no continuara su actividad proselitista en un ejido alejado del casco urbano.

La candidata ya tenía planeado un día para recorrer aquella zona rural y fue advertida junto a su equipo para que se retiraran del lugar “por las buenas”. Esto en definitiva no debemos esperar.

Tampoco que sea más frecuente que común el hecho que a algunos candidat@s los rodee una “narcoaura” ¿En manos de quién está nuestro país, estado o municipio?

Alguna vez ya lo escribí en Facebook y ahora lo redacto para nuestro periódico, algunas contiendas electorales en Sonora se vuelven “Narcopadrino vs Narcopadrino”.

Lo escribo con toda claridad: En muchas de las actuales contiendas, no importa el candidato sino quién lo respalda.

En el proceso electoral de 2021 escribí una columna, aquí mismo en El Tiempo, de Medios ObSon, que “El narco también andaba en campaña”. Tres años después las circunstancias han escalado.

No debemos esperar que la contienda de 2027, en donde estará en juego la minigubernatera de tres años en Sonora, la elección sea de “Cártel vs Cártel”.

Además de todo este sombrío panorama que le he planteado en la segunda mitad de esta columna, no podemos pasar por alto que paralelamente subsisten las malas prácticas electorales de comprar votos.

Se habla de varios miles de pesos por credencial de elector. Ya están listas las “casas amigas” donde una persona inicia la trampa yendo a votar, pero no deposita ninguna de las boletas en las urnas y se las lleva intactas a una  “casa amiga”. Allí le pagan por su servicio

Después, los operadores de estas “casas amigas” rellenan la boleta de la primera persona en favor del partido que están realizando esta operación y un segundo ciudadano se lleva las boletas marcadas a las urnas, las deposita; y las que le entregaron se las lleva intactas para que los delincuentes electorales las rellenen a su total conveniencia.

Así lo hacen durante toda la jornada electoral. Ni hablar de que los partidos ya tienen lista a la gente que habrá de abarrotar las casillas foráneas. Sí. Las personas que se prestan a estas malas prácticas votan temprano donde les corresponde y luego van a saturar estos centros de votación que se instalan para ciudadanos en tránsito, pero los partidos ganan votos con esta “ventana” de oportunidad.

Podría llenar tres planas de malas prácticas electorales. Me parece que las más socorrida en Sonora es la estrategia “CazaMapaches”, que consiste en saber y espiar a quien es el coordinador de estos operadores de mal y le realizan una visita sorpresiva para quitarle el dinero, las tarjetas, teléfonos celulares y listados de todos los votantes que participarían en esta operación.

Otra de las triquiñuelas socorridas es el acarreo de votantes a las urnas. En esta cuestionable práctica participan transporte urbano, taxistas, ubers, didis y muchos choferes.

Los votantes acarreados tienen que tomarle una fotografía con su celular a su voto y luego lo muestra para que le paguen lo acordado.

La lista de trampas es casi interminable y es en definitiva lo que no quisiéramos que ocurriera en nuestra elección, pero es una realidad de nuestro México Moderno, con una democracia de mentiritas.

¿Quién ganará esta elección? Es La Siguiente Pregunta. Hasta aquí mi escrito que tiene el objetivo de informar y concientizar. Salgamos a votar y esperar el México que queremos. Gracias por la lectura.

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