Pablo Beltrán

El estado de las cosas

Y vaya que apenas a pocos días de las elecciones, las cosas van agarrando su curso, en una transición del poder ejecutivo federal con personajes de la misma fuerza política, lo que probablemente asegura, una mística de trabajo similar, sin que se vean visos de aquellas sucesiones interpriistas en donde en ocasiones se daban rompimientos, sobre todo en el llamado “séptimo año”.

En los primeros días después de los comicios, ante el discurso sobre reformas del presidente AMLO, se vino el nerviosismo en los mercados -con la consecuente subida del dólar-, lo que provocó que la ungida Sheinbaum saltara a la palestra para calmar los ánimos con personajes claves del empresariado, lo que sin duda tuvo un buen efecto, pero de solo unos días, ya que el día martes visitó al presidente en Palacio Nacional e incluso tuvo una especie de interacción con los medios, en donde se dijo que las reformas van, incluyendo las propuestas propias a favor de la mujer -entre otras-, dentro de este mismo período, resonando por supuesto las relativas al Poder Judicial de la Federación, pues muchos se encuentran expectantes ante el deseo de que se conserve la llamada seguridad jurídica, sobre todo los inversionistas.

El tema del voto popular para elegir jueces, magistrados y ministros (que ya no es asunto nuevo), ya ha sido “palomeado” por la presidente electa, para que sea en el mes final del presidente en turno (septiembre) cuando éste, interactuando con una nueva conformación del congreso de la unión, procuren el “humo blanco” en tan delicada misión, que pudiera darle una nueva cara a la república, ante la predominancia que tendría el statu quo en los tres poderes tradicionales. 

La confianza del mandatario y de la próxima titular del ejecutivo respecto al resultado de las reformas, radica en los resultados avasalladores en el espacio legislativo, pues como muchos ya saben, en cámara de diputados al parecer se tendría la mayoría calificada por el partido en el poder y aliados, mientras que en la de senadores, se está a unas cuantas curules de que así sea.

Aun ante tanto ruido, sobre todo por el tema de la mutación judicial, no se sabrá el derrotero de las reformas constitucionales, hasta en tanto no se den con certeza los números de diputados y senadores que tendrá el partido dominante y asociados; situación en la cual tendrá la última palabra, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Como bien es sabido, para reformar la constitución se ocupan las dos terceras partes de cada una de las cámaras federales (conformada la baja por 500 diputados y el senado por 128 legisladores), más la mitad más uno de los congresos de las entidades federativas (31 estados y la Ciudad de México), ello por disposición del artículo 135 de nuestra Carta Magna.

De darse ciertos cambios estructurales anunciados, impactando en los conceptos constitucionales, se podría ver un nuevo proyecto de Nación, el cual tiene sus matices propios, destacándose un poder vertical y un fortalecimiento del presidencialismo, ya que se habla también de la futura eliminación de algunos organismos constitucionales autónomos, lo que le daría a la silla del águila el manejo cuasi total de los hilos, con una eventual concentración de poder, que también traería aparejado en los hechos una especie de modelo centralista.

Lo que saben de estas cosas, dicen que el “último mohicano” para contener a conciencia una escalada de reformas constitucionales, se encuentra en el senado de la república, donde al parecer por diferencia de tres o cuatro curules, el grupo predominante no alcanzaría la mayoría calificada, salvo en el caso de convencimiento o cooptación de esos cuantos opositores, que representarían en la práctica un valor político de mucho peso… y quién sabe si de pesos.

En septiembre, una vez más, en el Congreso se juega la república…

REGIDORES PLURIS EN CIERNES. Y por rumbos de la aldea local y ante el triunfo indiscutible de Javier Lamarque, viene al carnaval de la política el devenir de las planillas de los opositores y las consecuentes designaciones de los regidores de representación proporcional, alias “pluris”, los cuales saldrán de la alianza Fuerza y Corazón por Cajeme, de Movimiento Ciudadano y probablemente del Partido Sonorense.

Aquí lo interesante, es que con independencia del ingreso a cabildo de los candidatos perdedores a alcalde de las diversas fuerzas políticas, es también quién o quiénes de las planillas pudieran entrar a formar parte del cuerpo deliberante, en donde debe considerarse la paridad de género; sonando por el lado de la alianza rojiazul la conocida Sara Martínez y Roberto Campos -por el PAN-, por el PRI  (aparte de Alcalá)  Martha Luz Parada o Mirna López y por el PRD,  Raúl Ayala Junior. Por el partido naranja (MC), se piensa que, si pudiera desear entrarle al ruedo la señora Torres y como varón se escucha fuerte el nombre de Gabriel Perales Lupio, con buen expertis en el servicio público.

Ya vendrá el nuevo cabildo, ya vendrán las nuevas ideas y ya se verá si las cosas funcionan aún de mejor manera…por el bien de Cajeme.

Suerte toreros y toreras…

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