Oscar Félix / MO

En el Ejido Díaz Ordaz, el Centro Cristiano de Rehabilitación, dirigido por Óscar Ruvalcaba, se ha convertido en un faro de transformación y esperanza para sus internos. Con una población que oscila entre 35 y 37 hombres, este centro se distingue por su enfoque espiritual y comunitario.

“Aquí somos hermanos en Cristo. Nos visitan pastores que nos traen la palabra de afuera, y nosotros mismos organizamos cultos de alabanza y adoración al Señor,” explica Ruvalcaba. 

Este ambiente espiritual ha sido crucial para el progreso de los internos, quienes se dedican a labores cotidianas como la limpieza, el riego del patio y el cuidado de las plantas.

Actualmente, alrededor de 10 a 12 internos de confianza se encargan de estas tareas. “Muchos de estos hombres llegaron aquí ingobernables y agresivos,” comenta Ruvalcaba. “Pero gracias a Dios y a Jesucristo, con el tiempo se han convertido en personas de confianza.”

El Centro Cristiano de Rehabilitación en el Ejido Díaz Ordaz es más que un lugar de tratamiento; es un espacio donde la fe y la comunidad brindan una nueva oportunidad a quienes buscan cambiar sus vidas. La labor diaria y el compromiso espiritual han demostrado ser herramientas poderosas en el camino hacia la recuperación.

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