Ciudad de México. La economía mexicana perdió velocidad y tuvo un crecimiento de uno por ciento en el segundo trimestre de 2024 frente al mismo periodo de 2023, lo que reflejó una desaceleración, ya que el avance del primer trimestre fue de 1.9 por ciento anual, revelaron cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

A tasa trimestral, el producto interno bruto (PIB) de México creció 0.2 por ciento real respecto al primer trimestre de 2024, con cifras desestacionalizadas, para hacer más comparable las cifras.

Con ello, durante los primeros seis meses del año se registró un crecimiento de 1.4 por ciento frente al primer semestre del año pasado, por debajo de la estimación oportuna de 1.9 por ciento.

Por sectores, a tasa trimestral y con series ajustadas por estacionalidad, el producto interno bruto de los servicios e industrial incrementaron 0.1 y 0.3 por ciento, respectivamente, mientras que el agropecuario cayó 0.2 por ciento.

En términos anuales, el sector servicios fue el más dinámico con un crecimiento de 1.5 por ciento, seguido del industrial con 0.4 por ciento, mientras que el sector agropecuario tuvo una caída de 2.5 por ciento.

De acuerdo con cifras originales del PIB, durante el segundo trimestre del año se registró un crecimiento de 2.1 por ciento. Por sector, los servicios mostraron un incremento de 2.5 por ciento, seguido por el sector industrial con 1.8 por ciento y una caída del agropecuario de 2.8 por ciento.

Así, en el primer semestre del año, la economía de México creció 1.8 por ciento respecto al mismo periodo de 2023.

“Sin sorpresas el crecimiento de la economía en el segundo trimestre. Una vez terminadas las elecciones del 2 de junio, la economía de México sufre un choque por la ausencia del gasto electoral y comienza la cancelación de trabajos temporales creados durante el proceso electoral. Esta es la tradicional fase contractiva del ciclo político de la economía.

“A ello hay que agregarle el apagón que sufre la inversión pública en infraestructura, la cual también arrastra a la inversión privada en construcción. A ello se agrega el inicio de despidos en la burocracia ante la terminación del sexenio. Nada nuevo en las últimas cuatro décadas”, explicó Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, firma independiente a la firma de riesgo soberano.

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