Óscar Félix / MO
La carretera 5 de Febrero, también conocida como Norman E. Bourlaug, es un eje vial crucial en la región, conectando importantes áreas rurales y urbanas.
Sin embargo, el tramo comprendido entre las calles 500 y 700 se ha convertido en un verdadero peligro para los conductores debido a la aparición y crecimiento desmedido de baches.
La situación, que ya era preocupante, se ha visto agravada por las lluvias recientes, lo que ha provocado que los baches no solo aumentan en número, sino también en tamaño y profundidad.
Los automovilistas que frecuentan esta vía reportan que los baches, de diferentes formas y tamaños, obligan a realizar maniobras peligrosas.
Es común ver vehículos zigzagueando, intentando evitar los cráteres en el asfalto, lo que genera un alto riesgo de colisiones.
Además, el mal estado de la carretera ha causado numerosos daños a los vehículos, desde llantas reventadas hasta suspensiones averiadas, afectando a decenas de conductores diariamente.
“Es un verdadero peligro transitar por esta carretera, sobre todo de noche o cuando llueve, ya que no se ven los baches y es muy fácil caer en uno de ellos”, comentó José Ramírez, quien utiliza este tramo de carretera todos los días.