Milton Martínez

Cohabitar con el narco

Lo he escrito antes y lo repito ahora, la obscena estrategia de “abrazos y no balazos” se puede traducir fácilmente en la obligación que tenemos los mexicanos de cohabitar con el narco.

Así, como cosa de nada, debemos narconormalizar nuestra realidad: Sinaloa bajo sitio, Ciudad Obregón con el incesante rugido de las metrallas o Caborca donde las bandas criminales utilizan drones para lanzar explosivos.

¿Seguimos? Santa Ana se ha convertido en una inmensa casa de seguridad para el contrabando de personas hacia los Estados Unidos.

San Luis Río Colorado es la trinchera favorita entre las dos facciones que se disputan el control del imparable Cartel de Sinaloa.

¿Y Nogales, Agua Prieta o Guaymas? También representan puntos estratégicos en trasiego y cruce de drogas, migrantes, dinero, armas y municiones entre Estados Unidos y México.

¿Qué hacen las autoridades? Es La Siguiente y Constante Pregunta.

Un fin de semana de terror han experimentado los habitantes de Cajeme donde difícilmente se ha logrado la calma.

A través de redes sociales y en diversos medios de comunicación se han difundido una incuantificable cantidad de videos y fotografías de cómo han sido los días en Ciudad Obregón.

Créanme que sé lo que están pasando porque Nogales ha pasado por muchísimos días de estos (en verdad, muchos). Lo mismo en Caborca, Pitiquito, Altar, Sonoyta, Magdalena, Arizpe, Yécora, Ímuris y un poco en Hermosillo.

Justo ayer domingo por la tarde pude observar un video en el que varias familias disfrutaban del parque en Urbi Villa del Rey cuando las ráfagas de odio acabaron con la calma.

En el material videográfico de apenas 20 segundos se alcanza a advertir que los paseantes del parque huyeron del lugar de inmediato, una vez que inicia la balacera y se escucha una aguda voz de mujer: “Nos están robando Obregón”.

Esta señora no se equivoca, solo me gustaría agregar que no solo nos están “robando” Ciudad Obregón, también Sonora y México entero.

Cuando una grosería es mayúscula, se le puede llamar obscenidad y si la obscenidad es pública podría escalar a ignominia.

Entonces, abanderar la estrategia de seguridad con el lema de “abrazos, no balazos” es ignominioso.

¿Acaso no representa una ofensa pública que mientras miles de mexicanos sufren los estragos de la violencia la autoridad desee abrazar a quienes solo lanzan balazos como su forma de vida?

Imaginen por un segundo que alguno de sus familiares queridos fuese calcinado en los crematorios humeantes encontrados en San José de Guaymas o en Nogales…

¿Usted avalaría que a los responsables los castigaran sólo con balazos? Creo que sé la respuesta de ustedes y ninguna de ellas contempla los abrazos.

No obstante, la intención es cohabitar con el crimen, narconormalizar la realidad.

Les voy a compartir tres grosos ejemplos: El primero, es el comunicado de la secretaría de seguridad en Cajeme en el que pide a los residentes que “eviten caer en información falsa y no generar psicosis”.

Segundo, el 13 de septiembre anterior, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a que los medios de comunicación que la situación Culiacán sí tiene arreglo sobre todo por la acción policial y porque los generadores de violencia actúan con “responsabilidad”

“La situación en Culiacán sí tiene arreglo, con presencia de elementos de Seguridad y que ellos (los delincuentes) actúen con responsabilidad”, dijo el presidente.

Peor aún: Les recuerda a los involucrados que el mismo Ismael “El Mayo” Zambada pidió que no hubiera violencia tras su captura-secuestro-entrega.

Tercero, hace unos días paré en un puesto de tacos de carne asada, para degustar una deliciosa sincronizada de chuck steak y tripita, cuando uno de los jóvenes comensales que ya estaba ahí, se le asomaba una pistola escuadra de cerámica.

En lo personal a mí se me atoró el bocado, pero nadie de los presentes se inmutó. Además, en su pantalón táctico traía dos radios Matra, que se supone esta comunicación la controla el Estado mexicano.

No vamos a cerrar los ojos a esto. Existe un alto grado de la narconormalización de la realidad, pero no debemos perder la capacidad de asombro.

Les agradezco infinitamente la lectura del presente escrito. El próximo lunes tendré uno nuevo. No se les olvide que los miércoles, en el noticiero del mediodía con LizFaby Navarro y David Morgan, hago una intervención para platicar a profundidad sobre los temas que escribo en esta columna. No me dejen solo. Hagan click en el link, de la transmisión en vivo de ese día. Seguimos en contacto, queridos redlectores.  

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