Fabiola Navarro / mo
En la región ha aumentado la cultura de donación de órganos y cada vez hay menos resistencia para que familiares de personas que fallecen por muerte cerebral o que deja de latir su corazón, acepte dar vida a otras personas, indicó Armando Gurrola.
“Este último año llevamos alrededor de 17 donantes, sin embargo, desde que estamos trabajando en la coordinación son más de 350 donantes que hemos tenido, de los cuales algunos han sido muerte por asistolia, que es cuando el corazón deja de latir y otras donaciones son cuando el paciente pierde la vida lamentablemente por muerte cerebral”, abundó el Coordinador de Órganos y Tejidos de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE)
“La verdad es que, en nuestra localidad, afortunadamente somos de los sitios que tienen una taza de donación que tiene nuestro país. Hay áreas de oportunidad que tenemos para seguir trabajando con los familiares y la voluntad de las personas, una de las limitantes que tenemos es que nunca hablamos del momento que nos vamos a morir y si hablamos con nuestras familias que son los que tendrán que firmar y le decimos lo que queremos que suceda con nuestro cuerpo, con nuestros órganos, creo que esa parte es fundamental”, apuntó.
Cabe destacar, que se colocaron nuevos nombres de donantes de órganos en la placa del “árbol de la vida”, instalada en la UMAE en memoria de quienes, a través de su muerte, permitieron que otras personas vivieran.
En México, hay cerca de 20 mil pacientes en espera de ser beneficiados con la donación de órganos, la mayoría de riñón, otros más del corazón, córneas, hígado, entre otros.