Cuba siguió a oscuras el sábado y gran parte del domingo, un día después de que una avería en la principal central termoeléctrica de la isla hiciera colapsar el sistema eléctrico, que las autoridades intentan reanimar a toda cosa.
“Estamos conviviendo ahora mismo con una situación fatal con este apagón”, dijo, al borde de las lágrimas, Betsabé Valdés, una trabajadora independiente de 40 años, con su sobrina de un año en brazos, quejándose de no tener tampoco gas y de que la comida se les ha descompuesto por falta de refrigeración.
Estamos conviviendo ahora mismo con una situación fatal con este apagón”, dijo, al borde de las lágrimas, Betsabé Valdés, una trabajadora independiente de 40 años, con su sobrina de un año en brazos, quejándose de no tener tampoco gas y de que la comida se les ha descompuesto por falta de refrigeración.
El ama de casa Isabel Rodríguez, de 72, se queja de que no pudo dormir en toda la noche por el calor. “Cómo no se nos va a enredar la vida, si no tenemos nada, ni los motores del agua pueden ponerse”, dijo.

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