Óscar Félix / mo
En la zona residencial de Bella Vista, la preocupación por la seguridad vial ha alcanzado niveles críticos.
Los habitantes, alarmados por una serie de accidentes recientes, han decidido alzar la voz y solicitar a las autoridades la implementación de vigilancia y reductores de velocidad en la calzada Ostimuri, que se ha convertido en un verdadero peligro para la comunidad.
El clamor de los vecinos se intensificó tras un incidente ocurrido la noche del pasado martes, cuando una conductora perdió el control de su vehículo y chocó contra el cerco perimetral del Parque Infantil, un lugar frecuentado por familias y niños.
Este accidente no es un caso aislado; los residentes han reportado un aumento en la velocidad a la que transitan los vehículos por esta avenida, convirtiendo el trayecto en una auténtica pista de carreras.
Además, la situación se agrava durante las horas pico, especialmente en los momentos en que los estudiantes ingresan y salen del Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON).
La combinación de un alto flujo vehicular y la despreocupación de algunos conductores ha generado un caos que pone en riesgo la vida de estudiantes y vecinos por igual.
Los habitantes de Bella Vista han hecho un llamado urgente a las autoridades para que actúen con prontitud y adopten medidas que garanticen la seguridad en la calzada Ostimuri.
Requieren la instalación de reductores de velocidad que obliguen a los automovilistas a respetar los límites y, además, piden la presencia de vigilancia constante que disuadan a los infractores.
La comunidad espera que su llamado no caiga en oídos sordos y que se tomen acciones concretas para prevenir futuros accidentes, protegiendo así la integridad de todos los que transitan por esta importante vía.
La seguridad de los vecinos y la tranquilidad de sus familias están en juego, y es hora de que las autoridades respondan a esta inquietud con la seriedad que merece.