Con evidentes golpes y atado de pies y manos hacia la espalda, así como el rostro encintado fue dejado el cadáver de un desconocido, en la Ampliación Miravalle.

Lo anterior fue reportado a las autoridades alrededor de las 21:15 horas de este martes, en Valle del Choki y Carlos M. Calleja.

El occiso quedó en la acera sur frente la escuela primaria Ignacio Ramírez. No sé descarta que se trate de un vecino del sector.

Era de complexión delgada, tez morena clara y como particularidad traía tatuadas en el estómago dos pistolas tipo revólver y la frase “Real Obson”.

Tenía la cara la cubierta con cinta canela y sobre la misma una máscara de color roja.

Vestía pantalón de mezclilla azul, camisa negra y calcetas del mismo color. No traía calzado.

Paramédicos de Cruz Roja trataron de auxiliarlo, pero ya no contaba con signos vitales. Había dejado de existir convirtiéndose en el ejecutado número 23 de febrero.

El lugar fue acordonado y entregado a oficiales de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC).

Después arribó personal de Servicios Periciales y se encargó de procesar el sitio del hallazgo tras asegurar toda evidencia.

Finalmente, el cadáver fue llevado y depositado en una plancha de descanso del anfiteatro a disposición de forenses para la autopsia correspondiente.

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