Por Lorenza Sigala
Hermosillo, Sonora, marzo 14 de 2025.- Francisca, de 35 años, es originaria de Huatabampo, Sonora, pero reside en Hermosillo. Ella renta un departamento en la colonia Piedra Bola al sur de la capital y es madre de un hijo de cuatro años de edad.
Antes de ser diagnosticada con Rickettsia, ella llevaba una vida totalmente normal y funcional, sin embargo, en el mes de junio del 2024, comenzó con síntomas de Rickettsia en su cuerpo que probablemente complicó en extremo condiciones preexistentes.
Francisca, es una de los 29 casos confirmados del 2025 con rickettsiosis a nivel nacional, y una de las 10 infecciones en Sonora, de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud.
“Hace como un año (junio) que tuve el problema en mi casa que se metieron las garrapatas, yo no sabía el peligro de las garrapatas, nada lo que podían ocasionar. Mi casa se llenó, tuve ese problema, y en ese tiempo fue que me enfermé caí en cama con calentura, con dolores articulares, dolores de todo el cuerpo me dolía y en la noche sudaba frío”, cuenta a Medios OBSON.
Así comenzó un viacrucis en hospitales y médicos en los que obtenía diferentes diagnósticos desde la hepatitis hasta problemas gastrointestinales, empero, en un punto de la enfermedad noto cambios a nivel neurológico en su cuerpo y dolores que le recorrían de la cabeza al estómago sumado a diarreas que a la fecha la han hecho bajar más de 20 kilos de peso.
La desesperación por ver que pasaban los meses y los doctores, y nadie le daba una solución a sus síntomas le ocasionaron cuadros depresivos y ansiosos, que la hicieron llegar hasta las puertas de psicólogos y psiquiatras que la medicaron.
Los síntomas comenzaron en junio del 2024, a los dos meses sintió un ligero cambio en sus síntomas… Apenas comenzaba uno de las afecciones que más han mermado su calidad de vida, la hiperacusia, tinitus, sensibilidad en los oídos y dolores intensos de cabeza.
“Como para agosto yo ya tenía varios síntomas, como en agosto por ahí fue cuando me salió lo de los oídos, lo de los zumbidos. Primero me salió en uno despacito y luego se me salía en la mañana y se me quitaba y luego después todo el día no se me quitaba y así. Después se me fue aumentando, luego se me pasó el otro oído y me di cuenta que tenía sensibilidades”, explica.
A los casi seis meses de sentirse mal y tomar tratamientos aleatorios para enfermedades diversas diagnosticadas por varios médicos, fue hasta el 27 de febrero del año en curso que en un laboratorio particular se realizó un examen para anticuerpos de Rickettsia resultando positiva para anticuerpos de fiebre manchada. Ya para estas alturas a Francisca le comenzaba a aparecer un exantema en cara y brazos.
“Me salía ahí que yo tenia rickettsiosis en la sangre, me hice uno de pruebas febriles y me salía algo de rickettsiosis, proteus, entonces me hago una de anticuerpos y me salió que tenía Fiebre Manchada, entonces muchas veces cuando te da Rickettsia, no viene sola, hay muchas enfermedades, la babesia, Lyme, hay muchas enfermedades que te da la garrapata y pueden entrar en tu organismo”, agregó.
Con los resultados en mano Francisca consultó con varios infectólogos, la primera le dijo que su enfermedad era grave, pero que no estaba capacitada para atenderla por lo que acudió a otro en un prestigiado hospital de Hermosillo, donde le dijeron que no era posible que tuviera secuelas ya que ellas no existían, pues había tomado doxiciclina como tratamiento, por lo tanto, debía acudir con un psiquiatra.
A tres meses de que se cumpla un año de que inició su calvario, Francisca ahora vive con tapones en los oídos y unos audífonos que utiliza para protegerse de los ruidos que le taladran la cabeza pues los escucha demasiado fuerte.