Milton Martínez Estrada

Se le fueron las cabras al delegado de FGR en Sonora

Estoy seguro que todavía sigue sudando frío el delegado el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en Sonora, Francisco Sergio Méndez, luego del enorme error que cometió al declarar que solo en 2025 se han detenido a 344 niños sicarios en la entidad.

Así como se lee: El representante de FGR en Sonora aseguró frente a los representantes de los medios de comunicación que los mercenarios infantes tenían una edad entre 10 y 12 años.

“No puede ser posible, es lo que se está viendo”, externó el delegado Francisco Sergio al momento de hablar de todo el chamaquero hoy son asesinos a sueldo.

Después añade: “Los engatusan vienen para alguna situación y vienen parando en eso (sicarios)”.

Ciertamente, al escuchar de sus propios labios esa tal cantidad de niños sicarios pues cualquiera se escandaliza y no solo en Sonora sino a nivel nacional e internacional.

Con profunda pena advertimos que las declaraciones de Francisco Sergio fue multicitada en varios países al saber que casi 350 niños ya andaban con sus armas terciadas al hombro, cobraban por tal labor y las accionaban sin pudor alguno.

Todo esto que les relato da para platicar por horas y buscar una solución que remedie esta incorporación de menores en las filas del crimen organizado.

Estas desafortunadas declaraciones fueron vertidas por el delegado de FGR Sonora durante la incineración de narcóticos y la destrucción de dos vehículos “monstruos”, así como seis más con blindaje artesanal, organizada en la carretera que conduce a Bahía Kino.

Además comentó que ha pedido a los padres de familia hasta el cansancio que cuiden a sus hijos y que ha estado trabajando con el gobernador Alfonso Durazo en cuidar el sistema de la familia.

“Ya les he comentado hasta el cansancio que los padres de familia tienen que cuidar a sus hijos. Es lo más sagrado que tienen y no los vigilan”, enfatizó Sergio Francisco.

Y luego soltó: “Al rato se les pierden y aparecen con grupos criminales; haciendo cosas que no corresponden”.

Francisco Sergio Méndez considera que para inhibir que las bandas criminales continúen reclutando menores, se deben triplicar las condenas de los delincuentes que se hagan acompañar pequeños para cometer sus fechorías.

También señaló que el origen, “el germen, el nido, la fuente” de que los menores busquen oportunidades en el narco, es la violencia intrafamiliar.

Hace unos meses, se los comenté en una columna, el tejido social está lastimado, pero ahora con esta noticia, podría escribir que la piel social está herida de muerte y es urgente que sea atendida.

Hasta este momento de las declaraciones del delegado todo parecía que su preocupación era genuina y que hablaba desde sus buenas intenciones, no desde sus deberes burocráticos.

Pero… ¿Qué creen que pasó? Las declaraciones del delegado eran mentiras, no una completa, pero sí la parte en la que dijo que habían sido detenidos 344 niños sicarios.

Como se dice coloquialmente, se le fueron las cabras al delegado, pues de manera somera, casi ocho horas después, su enlace de comunicación social, precisó sin ninguna justificación de por medio, que no habían sido 344 los niños sicarios sino solo 37.

¿Qué? Vaya ida de olla que tuvo el delegado. El funcionario reaccionó hasta que vio sus palabras en medios de comunicación internacionales.

Lo recomendable en estos casos es difundir una humilde, sincera y precisa Fe de Erratas. En algunos medios de comunicación tendrá que solicitar derecho de réplica u ofrecer una conferencia de prensa para rectificar la tontería cometida.

No puedo imaginar el jalón de orejas que recibió desde la FGR México al darse cuenta del dislate.

En mi caso, aprovecho el error del de Sergio Francisco Méndez, para escribir que 344 y 37, no se parecen en nada. También hay que consignar que el burócrata traía ansias de novillero en decir 344.

¿Qué pasó en esas ocho horas en las que se dio cuenta de lo que dijo? Es La Siguiente Pregunta.

Mi simple y llana opinión es que siempre nos ocultan información y ahora a Sergio Francisco se le fueron las cabras de la verdad y después tuvo que rectificar para que dejaran de jalarle las orejas sus jefes en la Ciudad de México.

Alguna vez sabremos la verdad, mientras tanto ya le informé del dislate del delegado.

Si el destino periodístico nos lo permite, les volveré a escribir el jueves próximo. Y seguiremos el profundo análisis de la política sonorense. Gracias por la lectura. Nos reencontraremos cuando usted tenga a su alcance La Siguiente Pregunta. Becarios, sí; sicarios, no.    

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