Óscar Félix / mo

A pesar de que a simple vista la planta alta del Mercajeme pueda parecer desolada, la realidad es que no todos los espacios están desocupados.

Según Felipe Izaguirre, propietario de una tienda artesanal con más de 30 años en el lugar, la zona cuenta con locales que continúan operando para el público donde hay puestos de comida.

Los espacios que se observan cerrados, explican Izaguirre, son en realidad bodegas utilizadas por los propios dueños de los condominios.

Además, desmintió los rumores que circulan en redes sociales sobre supuestos fantasmas en el lugar, asegurando que la zona se encuentra bien vigilada, ya que en ella se ubican oficinas administrativas, baños públicos y el área del estacionamiento.

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