Milton Martinez Estrada/MO

Zafarrancho en Conalep de Nogales

Un mundo de opiniones encontradas se suscitaron a consecuencia de una batalla campal ocurrida en el Plantel de Conalep de Nogales.

Los hechos se registraron la tarde noche del martes 9 de septiembre cuando un taxista que se había estacionado en línea roja fue ordenado por un elemento de tránsito a retirarse del lugar y este se negó. Acto seguido, el agente  procedió a infraccionar al rebelde conductor y allí empezó el zafarrancho.

El taxista se negó al arresto y forcejeó con el oficial. El chofer se había estacionado en línea roja por comodidad y cercanía para esperar a su nieto a la salida de la escuela.

Entonces cuando el agente del orden se disponía a inmovilizar al rebelde abuelo y taxista llegó el nieto y atacó al oficial causándole una lesión nasal.

Después, el elemento herido solicitó apoyo inmediato del Grupo de Operaciones Tácticas (GOT) y este llegó rapidísimo al lugar, pero los ánimos ya estaban caldeados y se desató la rebambaramba.

El resultado fue de un agente de tránsito herido del tabique nasal y cinco detenidos: El abuelo/chofer, dos estudiantes menores de edad (incluyendo al nieto) y dos chismosos que se sumaron a la gresca.

Como siempre en un caso controversial hay dos o más versiones de los hechos. La autoridad responsabiliza a los agresivos ciudadanos. Y los detenidos y participantes en la reyerta se dicen ofendidos por la prepotencia de la autoridad.

SAQUEN USTEDES SUS CONCLUSIONES

La Comisaría General de la Policía Preventiva y Tránsito Municipal nos dice desde la oficialidad que durante un operativo de supervisión vial realizado en el horario de salida de los alumnos de los planteles escolares Secundaria Técnica No. 3 y Conalep, un agente de tránsito municipal detectó varios vehículos estacionados en zona de línea roja, obstruyendo la vialidad y ocasionando tráfico lento.

Ante esta situación, indica el comunicado, el agente procedió a aplicar las sanciones correspondientes.

Dicha acción generó la inconformidad del conductor de un vehículo de alquiler, lo que derivó en una discusión con el agente.

Atención con lo que viene: Un joven que portaba el uniforme escolar del Conalep,  intervino en defensa del chofer y manifestó ser nieto del interfecto. El joven, alterado, agredió verbalmente al oficial. Al verse superado en número, el agente solicitó apoyo mediante radiofrecuencia; sin embargo, fue agredido físicamente tanto por el conductor como por el joven mencionado.

Ante la situación, acudieron al lugar más elementos de seguridad, pero durante la intervención se sumaron más personas a la agresión, entre ellas tres menores de edad y dos adultos en total. Minutos después, personal del Grupo Operativo Táctico arribó al sitio, logrando restablecer el orden y controlar la situación.

Como resultado de la agresión, el agente de tránsito presentó una lesión en el tabique nasal y los cinco detenidos fueron puestos a disposición de la autoridad competente.

Así concluye el comunicado: “La Comisaría de Seguridad Pública Municipal reitera su compromiso con la seguridad, el orden y el respeto a la legalidad. Asimismo, hace un llamado a la ciudadanía a conducirse con responsabilidad y a mantener siempre el respeto hacia la autoridad en el ejercicio de sus funciones”.

Voy a ofrecer unas equilibradas conclusiones de este hecho porque advierto que hay muchísimas cosas mal en este caso:

I.

Una persona estacionada en zona roja no está en condiciones de hacerse el ofendido si se le ordena retirar su unidad

II.

Si el oficial se vio superado en número por los atacantes, la autoridad debería analizar si se puede controlar el tráfico de la ciudad con un agente tránsito por unidad. ¿Qué dice el protocolo de actuación? ¿El agente debió desde un inicio solicitar apoyo de más elementos para evitar el conflicto y el consecuente ataque?

III.

¿Qué ejemplo de abuelo es ese que participa en un ataque a un oficial junto a su nieto?

IV.

Estas son las verdaderas consecuencias del decreto para nacionalizar automóviles de procedencia extranjera. No hay espacio.

V.

Se debe trabajar en los valores morales de la infancia y la adolescencia. La falta de respeto de la juventud hacia la sociedad escala peligrosamente.

VI.

Muchos de los testigos de los hechos señalan que la autoridad excedió su fuerza para controlar este conflicto.

VII.

Urge que la escuela diseñe un circuito para recoger a los alumnos de manera efectiva y así evitar diferencias o discusiones. 

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