Por Lorenza Sigala
Con un cielo despejado y el ambiente festivo que caracteriza a las celebraciones patrias, Hermosillo vivió este 16 de septiembre el tradicional desfile cívico-militar, encabezado por el gobernador del estado de Sonora Alfonso Durazo Montaño, quien estuvo acompañado por su gabinete de seguridad. Las calles del centro se llenaron de color, música marcial y el orgullo de decenas de familias que acudieron a presenciar la marcha.
La ceremonia comenzó con la solemnidad de las seis bandas de guerra, seguidas por las banderas de guerra, nacionales, guiones y banderines que marcaron la pauta de disciplina y respeto a los símbolos patrios. El retumbar de los tambores y el sonido de las cornetas marcaron el ritmo del paso firme de los contingentes.
El desfile contó con la participación de 1mil 488 personas y 79 automotores, que dieron muestra de gallardía y coordinación. Resaltó la presencia de 300 militares del Ejército Mexicano, 155 elementos de la Guardia Nacional, 64 de la Fuerza Aérea, 122 de la Secretaría de Marina y 112 jóvenes del Servicio Militar Nacional, quienes fueron ovacionados por los asistentes.
La nota humana la pusieron los integrantes de las corporaciones civiles y educativas: 65 agentes de seguridad estatal y municipal, 565 estudiantes de distintos planteles, 15 bomberos de Hermosillo, 15 socorristas de Cruz Roja, 25 jóvenes del rescate juvenil y 50 del Pentatlón de Sonora, todos marchando con entusiasmo. Los 10 binomios canófilos captaron las miradas y sonrisas de los niños que aplaudían al paso de los vehículos oficiales y las cinco motocicletas que cerraron con energía la exhibición.
El desfile transcurrió “sin novedad”, como se reportó oficialmente, en un ambiente de orden, disciplina y patriotismo. La jornada dejó ver no solo la fuerza y coordinación de las instituciones militares y de seguridad, sino también el compromiso de la sociedad civil que, año con año, da vida a una de las tradiciones más arraigadas en la capital sonorense.