México se ubica entre los 10 países con mayor exposición a fenómenos naturales como sismos, huracanes e inundaciones, según datos de Statista; sin embargo, la protección de las viviendas frente a estos riesgos es mínima. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), apenas el 25% de las casas en el país cuenta con un seguro de daños, y la mayoría de ellas está protegida solo porque tienen un crédito hipotecario. En la CDMX la situación es más crítica: el 83% de las viviendas carece de cobertura alguna.

La Condusef y la AMIS coinciden en que la falta de seguros deja a millones de familias vulnerables a perder su patrimonio ante desastres, pese a que existen opciones que cubren desde incendios, sismos, fenómenos hidrometeorológicos, robo, responsabilidad civil, hasta gastos extraordinarios como el pago de renta en caso de no poder habitar el inmueble.

Frente a esta situación, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros recomienda a quienes tienen un crédito hipotecario solicitar a su banco copia de la póliza de seguro, revisar con detalle la suma asegurada, deducibles y coberturas adicionales. Estos documentos son esenciales para garantizar el acceso a una indemnización en caso de siniestro.

Expertos señalan que uno de los problemas es la baja cultura de aseguramiento, mientras los seguros de auto son más comunes, proteger la vivienda el patrimonio más importante para la mayoría de las familias se deja de lado. Además, una vez liquidada la hipoteca, muchas casas quedan desprotegidas porque la cobertura obligatoria desaparece.

Para la AMIS, el reto es generar conciencia en la población sobre la necesidad de contratar un seguro voluntario de daños, ya que, en un país como México, altamente expuesto a catástrofes, la prevención financiera puede marcar la diferencia entre recuperarse o perderlo todo.

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