Lorenza Sigala/MO
A pesar de los reiterados brotes de dengue en Sonora durante los últimos años, la Secretaría de Salud continúa informando brotes. Hoy, con un nuevo brote activo en Guaymas —el más severo hasta ahora— Sonora se posiciona en el tercer lugar nacional en casos de dengue, lo que exhibe una preocupante ineficacia en las estrategias de prevención y contención del virus.
De sur a norte: una historia repetida
En 2022, el primer gran brote reciente ocurrió en el sur del estado, principalmente en el municipio de Álamos, que concentró el 91.2% de los casos registrados ese año. De los 187 casos sospechosos, 57 fueron confirmados (una incidencia estatal de 1.8 casos por cada 100 mil habitantes), con una tasa en Álamos de 178 por cada 100 mil muy por encima de la media estatal. A pesar del impacto, la letalidad fue del 0%, y el brote logró ser contenido gracias a una respuesta más concentrada y certera en esa zona.
En contraste, 2023 mostró cifras bajas. Con solo 34 casos confirmados y dos defunciones, Sonora se ubicó en el lugar 26 a nivel nacional. Las alarmas parecían haberse silenciado. Pero fue un espejismo u holgura de las medidas de prevención y trabajos por parte de la jefatura de vectores estatal, encargada por la licenciada Cynthia Ivette Clavel Corrales.
En 2024, el virus reapareció con fuerza, esta vez en el norte del estado, particularmente en Nogales, un municipio que no tenía antecedentes recientes de circulación del dengue.
El brote sorprendió a una ciudad sin infraestructura preventiva ni personal capacitado del Departamento de Vectores, lo que generó una alta susceptibilidad en la población. Como resultado, Nogales cerró el año con 165 casos confirmados, en medio de un panorama estatal de 912 casos y cero defunciones.
2025: Guaymas en crisis, Sonora en tercer lugar nacional
Hoy, en 2025, el brote se concentra en Guaymas, municipio costero donde hasta ahora se han registrado 642 casos de los 865 confirmados en todo el estado, lo que representa el 74.2% del total. Esta concentración sugiere no solo la propagación del virus, sino también una falta de intervención oportuna, especialmente sabiendo que Guaymas ya había reportado casos en 2021, 2022 y 2024.
La semana epidemiológica número 39 (del 21 al 27 de septiembre) confirmó 95 nuevos casos, elevando las cifras y colocando a Sonora como uno de los estados más afectados del país.
En términos generales, los datos de 2025 muestran que de 2mil 292 casos sospechosos, 865 han sido confirmados, lo que representa una tasa de confirmación del 37.7%. De estos:
• 571 casos son de dengue no grave
• 284 con signos de alarma
• 10 casos de dengue grave
Después de Guaymas, los municipios más afectados son:
• San Ignacio Río Muerto: 80 casos
• Pitiquito: 46
• Cajeme: 41
• Hermosillo: 17
• Nogales: 12
Otros municipios como Empalme, Álamos, Benito Juárez y Fronteras registran casos menores, pero muestran que el virus está presente en casi todo el territorio estatal.
Falta de estrategia y de perfil técnico en puestos clave
Uno de los factores que agravan la situación es la designación de perfiles administrativos en cargos que requieren experiencia operativa en campo. Tal es el caso de la licenciada Cynthia Ivette Clavel Corrales, actual encargada de la Coordinación Estatal de Programas de Vectores, dentro de la Dirección General de Promoción a la Salud y Prevención de Enfermedades.
Clavel Corrales no cuenta con un perfil técnico-territorial, sino que proviene de una formación administrativa, sin experiencia directa en el control de vectores ni en campañas de prevención en zonas de riesgo. Esta falta de conocimiento operativo del terreno, puede estar contribuyendo al desorden logístico y la respuesta tardía ante los brotes, como ocurrió en Nogales en 2024 y ahora en Guaymas.
A diferencia de estados que han priorizado perfiles científicos o con experiencia comunitaria en la prevención de enfermedades vectoriales, Sonora parece haber relegado estos criterios, apostando por perfiles de escritorio que no responden con la urgencia ni la efectividad que requiere una enfermedad como el dengue, que ha demostrado ser estacional, impredecible y expansiva.


