Martín Alberto Mendoza Salazar

LA NOCHE QUE NO QUERÍA QUE VOLVIERA A PASAR SUCEDIÓ; PADRES, ESCUELAS Y AUTORIDADES TODOS SOMOS RESPONSABLES; LO ACONTECIDO EN FRACCIONAMIENTO POSADA DEL SOL Y LA FORMA EN QUE SE VIRALIZÓ EN REDES REMITE DOLOROSAMENTE A TRAGEDIA DE 2023; AQUELLA MADRUGADA DEL 29 DE DICIEMBRE EN LA COLONIA CAJEME; NO ES MALA SUERTE: ES SUMA DE DECISIONES, OMISIONES Y VACÍOS INSTITUCIONALES QUE TERMINAN PAGANDO QUIENES MENOS VOZ TIENEN; HAY QUE INSISTIR QUE LA SEGURIDAD DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES ES UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA; EL HOGAR ES LA PRIMERA TRINCHERA AL RESULTAR NECESARIO HABLAR CON LOS HIJOS Y CONOCER SUS AMISTADES; ESCUELA ES EL SEGUNDO VÉRTICE PORQUE ADEMÁS DE CALIFICAR DEBE DETECTAR RIESGOS, ACOMPAÑAR Y ARTICULAR CON LA POBLACIÓN; MIENTRAS QUE INSTANCIAS GUBERNAMENTALES DEBEN GARANTIZAR LOS ESPACIOS PÚBLICOS SEGUROS CON ILUMINACIÓN Y PATRULLAJE FOCALIZADO; IGUALMENTE DEBEN IMPLEMENTARSE PROTOCOLOS EFICACES DE PREVENCIÓN Y ATENCIÓN; POR SU PARTE, AUTORIDADES DE FISCALÍA ESTATAL TIENEN EL INELUDIBLE COMPROMISO DE INVESTIGAR, IDENTIFICAR Y CAPTURAR A LOS PRESUNTOS RESPONSABLES DE ESTE ATAQUE; DE SER NECESARIO TENDRÁN QUE ASIGNAR A UNO DE LOS GRUPOS DE ALTO PERFIL PARA SACAR ADELANTE ESTA TAREA; TAMBIÉN MOVILIZAR A JEFE OPERATIVO DE LA POLICIA MINISTERIAL; ASÍ COMO RESPONDIERON EN 2023 CON LA DETENCIÓN DE SUPUESTOS HOMICIDAS DEBEN HACERLO HOY; AUNQUE SE DIJO QUE HABÍA FALLECIDO UNA MENOR VERSIÓN FUE DESMENTIDA POR FUENTES POLICIALES; A LOS BOLSILLO DE QUIENES PARA DINERO QUE COBRAN GUARDIAS DEL CERESO LOCAL POR PERMISOS A FAMILIARES DE REOS QUE NO TIENEN CREDENCIAL; SE HABLA DE QUE RECAUDAN MILES DE PESOS CADA FIN DE SEMANA

LA NOCHE del sábado volvió a pintarnos una ciudad que no queremos: luces azules, sirenas, adolescentes heridos y familias entre la incredulidad y la rabia. Lo ocurrido y la forma en que se viralizó en redes remite dolorosamente a la tragedia del 29 de diciembre de 2023. Aquella madrugada del último viernes del año en cuestión. Cómo olvidar la muerte inicial de seis personas, entre ellos, menores de edad que participaban en una fiesta de XV años, en calle Pedro María Anaya entre Pascual Orozco y Carmen Serdán, colonia Cajeme. En ese espantoso escenario igualmente resultaron lesionadas más de una veintena de concurrentes. Dolorosamente al paso de las horas la cifra de víctimas mortales creció a ocho. En su tiempo, autoridades investigadoras encabezadas por el Fiscal del Estado, Gustavo Rómulo Salas Chávez y el Secretario de Seguridad Pública Municipal de Cajeme, Claudio Cruz Hernández, y funcionarios de otros órdenes de gobierno, revelaron que el ataque estaba dirigido a presunto líder de la delincuencia, al mismo tiempo que dieron a conocer la detención de los presuntos responsables y el aseguramiento de potentes armas, que utilizaron para consumar la masacre que ensombreció los festejos decembrinos, luego de que familias no solo despidieron el año, sino también a sus seres queridos que, murieron mientras disfrutaban de las notas musicales de un discomóvil, que amenizaba el festejo en pleno centro de la vialidad urbana. En su momento nos tocó a mi compañero Marcos Joel Quintana y un servidor hacer extendida transmisión en vivo, en los instantes más álgidos posteriores a la masacre, cuando comenzaron a llegar padres y madres de familias, así como otros familiares. Desesperadamente buscaban información de lo sucedido. Tristemente algunos se enteraron del deceso de sus hijos en ese escenario que estaba acordonado por fuerzas de seguridad de los diferentes niveles de gobierno. Se vivieron indigeribles minutos y horas de inescrutable dolor. Inclusive fue necesario que paramédicos de Cruz Roja atendieran a mujeres que al conocer el trágico fin de sus vástagos sufrieron indecibles crisis, ante el duelo que comenzaban a vivir. El ambiente se tornó irrespirable por el calvario de esos padres que con desgarradores llantos se resistían a creer lo sucedido. Hay que decir que no es mala suerte: es la suma de decisiones, omisiones y vacíos institucionales que terminan pagando quienes menos voz tienen…MUCHO SE ha insistido que jovencitos de entre 15 y 18 años, salen a divertirse y, en ocasiones, se encuentran en espacios sin protección. No todas las reuniones juveniles son peligrosas, pero cuando la prevención falla y la responsabilidad se convierte en “que lo arreglen otros”, normalizamos tragedias. En esa normalización, los padres, las escuelas y las autoridades tienen parte de culpa si no actúan con determinación, como ya lo hemos planteado en otras ocasiones. No se trata de encomendar a la policía la tarea de criar. La seguridad de niñas, niños y adolescentes es una responsabilidad compartida. El hogar es la primera trinchera, hablar con los hijos, conocer a sus amistades y saber a dónde van y a qué hora regresan no son invasiones, son deberes. La escuela es el segundo vértice: además de calificar, debe detectar riesgos, acompañar y articular con la comunidad. El gobierno, por su parte, debe garantizar espacios públicos seguros, iluminación, patrullaje focalizado y protocolos eficaces de prevención y atención. Sobre este mismo tema, cuando el licenciado José Luis Sígala Servín y ex Ministerio Público, Jesús Armando Guevara Tineo, estuvieron aquí para capacitar sobre prevención a elementos de la SSPM, tiempo que ambos eran puntales en la dirección de procuración de justicia para adolescentes de la Fiscalía General de Justicia del Estado, charla en la que también estuvo presente el ahora ex Delegado Regional de la FGJE, Roberto Tapia Valdez, me tocó platicar con ellos de este interesante tema, precisamente en 2023. Sin duda fue una lección clara, en virtud de la prevención exige coordinación y compromiso institucional continuo, no acciones aisladas. En su momento, compartieron que hay medidas prácticas y sencillas que todos podemos aplicar, documentar, exigir comprobantes, evitar la clandestinidad de eventos masivos en lugares inadecuados, y promover alternativas culturales y de esparcimiento que no expongan a los jóvenes a bandas, armas o sustancias. Prestar el auto o permitir una reunión “no pasa nada” puede convertirse en un peso imposible de cargar si ocurre lo inesperado…RESULTA importante contextualizar que a la policía le toca prevenir y a las autoridades investigar; a los juzgados, sancionar. A las familias y las escuelas les corresponde la prevención diaria. ¿Qué podemos hacer hoy? Dialogar con los hijos; poner reglas claras y supervisión responsable; participar en asociaciones de padres, comités escolares y redes vecinales; y, como comunicadores, evidenciar y exigir protocolos claros para que las denuncias no queden en silencio y la impunidad tenga costos reales. No hay receta mágica, pero sí una urgencia ética. Un adolescente que crece viendo a sus mayores eludir responsabilidades aprende que la ley es un parche y que las consecuencias siempre recaen sobre los mismos. Si queremos romper ese círculo, proteger a los jóvenes debe ser trabajo de todos: no delegable, no opcional. Justo es decir que la próxima vez que vea a un grupo de muchachos en la esquina por la noche, priorice la prudencia, si la situación le resulta inquietante o potencialmente peligrosa, no se acerque ni interrogue eso puede empeorar las cosas; marque al 911 y aporte información clara y precisa para que actúe la autoridad. Reportar no es delatar por curiosidad es prevenir tragedias, proteger vidas. No esperemos a lamentarnos diciendo “si hubiera…”. Hoy por ellos; mañana por nosotros. Antes de dejar el tema hay que precisar que, de los cuatro menores baleados, solo falleció uno de ellos y no dos como se ventiló en redes sociales, donde se comentó que una adolescente igualmente había expirado, pero al recurrir a instancias policiales sostuvieron que la muchachita continuaba con vida hasta la tarde de ayer y era totalmente falso lo relativo a su deceso. Mientras que los otros dos heridos están fuera de peligro al sufrir lesiones que no ponen en peligro su vida, por lo que se espera que la jovencita logre superar su estado de salud y que su propia fortaleza física, aunado a cuidados médicos le permitan restablecerse…SOBRE ESTE mismo asunto, habrá que esperar la reacción de quienes tienen la responsabilidad de indagar y esclarecer estos hechos y, que por ende se entiende que le toca a elementos de la AMIC, quienes no se pueden mantener impasibles y dejárselo todo a la buena fortuna y esto es del dominio del comisario, Carlos Alberto Flores que debe pedir resultados en tiempo y forma real dada la grave del acontecimiento. De ser necesario se tendrá que movilizar al director operativo Tomás Efraín Jiménez Ruiz, para dar la prioridad necesaria a la agilización de pesquisas que les permitan identificar y capturar a responsables de la criminal agresión consumada poco antes de las diez de la noche del sábado. Es hora que se vaya acabando la impunidad alentada por la condescendencia de quienes tienen el inalienable compromiso de hacer valer la justicia para los menores. El caso debe ser llevado a la Mesa de Seguridad para que la coordinación de esfuerzos les permita hacer valida la justicia y no se convierta en uno más de los casos que quede en el limbo del olvido…A POCO menos de dos semanas de estar ausente de su cargo como comisario de policía, la tropa comenta que ya extrañan al Contralmirante Claudio Cruz Hernández, quien viajó a su natal Veracruz, dicen que para estar presente en celebraciones alusivas a Semar. Mientras unos tienen tiempo pidiendo su salida de SSPM a otros ya les llegó la melancolía y desde el fin de semana preguntan que sí cuando retorna…BUEN momento para cuestionar públicamente al Coordinador Estatal del Sistema Penitenciario, Rodrigo Rodríguez Peña, respecto a los bolsillos de quien va a parar la suma de alrededor de entre sesenta y setenta mil pesos, que presuntamente recaudan custodios del Cereso local por concepto del cobro de doscientos pesos por persona que ingresa a esa prisión jueves, sábado y domingo. El dinero es puesto en manos de guardias uniformados de parte de aquellos que carecen de credencial para visitar a internos…Luego seguimos, Dios mediante.

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