Milton Martínez/MO

¡Adiós, señora Sonia!

Nogales⎯⎯Tengo que ser brutalmente honesto: No conocí a la señora Sonia, pero conozco a tres de sus cuatro hijos: Jorge, Graciela y Carlos. Son tres pilares de nuestra casa de Editorial Medios Obson.

En honor a la familia Armenta Ávalos: Elevo mis plegarias y mis letras a la memoria de la señora, Sonia Ávalos Vieyra, quien murió para este mundo, pero nació para el otro.

Sé que en estos momentos de tanto pesar no hay palabras de consuelo. Y lo sé porque el día 20 de noviembre próximo se cumplen cinco años de la pérdida de mi señora madre y ese dolor no se apaga, tal vez no se sienta con tanta intensidad como los primeros días, pero sí se siente con mayor profundidad.

Tristemente sé lo que es perder a la jefa de una familia unida, que celebra a lo grande en los mejores momentos, pero se vuelve más fuerte en las adversidades.

Señora, Sonia, aunque no coincidimos en este plano terrenal, tengo la certeza que usted fue, es y será el más grande de los pilares de Medios ObSon.

Su inteligencia y capacidad de decisión ya trascendió más allá de su vida. Su despedida deja un vacío que es imposible de llenar, pero su legado de fortaleza no perecerá.

Señora, Sonia, respetuosamente, le pido que le lleve nuestros abrazos y afectos a su buen hijo, Jorge✝︎, a quien no olvidamos y siempre recordamos con cariño.

Dígale al buen amigo y mejor jefe que su incansable trabajo en este mundo sigue rindiendo frutos, gracias a la constancia y esmero de su familia, amigos y colaboradores.

Amigo, Jorge✝︎, hoy te acompaña la mejor de las madres. Es cierto lo que te escribo, porque la Madre Perfecta sí existe, y cada uno de nosotros, como hijos, la tenemos, la tuvimos.

Señora, Sonia, desde acá le reconocemos el tesón y la templanza para nacer y criar cuatro hijos inteligentes y combativos: Jorge✝︎, Graciela, Carlos y Manuel.

También entendemos que no todo es dolor con su partida, Señora, Sonia, porque se ha unido, de nuevo, a su amadísimo hijo Jorge, a quien le quitaron la vida de una manera cruel y cobarde.

Mientras tanto, acá en Medios ObSon, las palabras de la jefa de la familia seguirán siendo ese faro de luz que siempre han sido y que han guiado a esta casa editorial en los momentos de más incertidumbre.

Carlos: Amigo y jefe, nunca entenderé por qué la vida nos pone estas pruebas de dolor, precisamente a nosotros. Sé que las lágrimas derramadas son como gotas de fuego que queman nuestras mejillas. No hay forma de pasar por esto de manera rápida. Duele como si un carbón ardiendo se escondiera en los pulmones, al respirar, al abrir los ojos, o con el simple hecho de recordar al ser querido que recién se nos ha ido.

Graciela: ¡Que esa sensibilidad tuya te ayude a sobrellevar este difícil momento! Recibe un abrazo y una promesa de que esto pasará, tal vez, un poco lento y con mucho dolor, pero al final la vida se encargará de recordarte toda la sabiduría que heredaste de tu señora madre. Indudablemente, me uno al dolor por el que estás pasando al perder a quien te trajo al mundo.

Señora, Sonia, su vida y ejemplo siempre será un recordatorio de la importancia de ser valientes y decididos. Seguro estoy que sus hijos y amigos no lo olvidarán.

Es tiempo de despedirnos. De sobrellevar el doloroso aprendizaje que un tristísimo adiós no puede y no debe opacar, si se compara con toda una vida de alegrías, triunfos y momentos llenos de amor.

Confiado estoy que sus enseñanzas, Señora, Sonia, son desde ya un tesoro, que el tiempo no podrá devaluar sino al contrario las hará de un valor incalculable.

¡Adiós, Señora, Sonia! Deseo -con el corazón en la mano- que el dolor de despedirla les sea leve a todos con el tiempo. Acá, el sol seguirá brillando, pero nada volverá a ser igual sin usted.

Paz y serenidad en su viaje eterno

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