Martín Alberto Mendoza
VIVIMOS SITIADOS POR ALGO QUE YA SE HIZO COSTUMBRE EN CIUDAD OBREGÓN; LO QUE ANTES ESTREMECÍA HOY PARECIERA INCREÍBLE, PERO APENAS GENERA UN SUSPIRO YA RESIGNADO; LOS DISPAROS A CUALQUIER HORA DEL DÍA YA NO PROVOCAN ESE HORROR COMO OCURRÍA AÑOS ATRÁS; DELINCUENCIA YA NO SE ESCONDE, SE MUEVE CON SOLTURA TANTO EN COLONIAS COMO EN COMISARÍAS Y DELEGACIONES, GRACIAS A QUE EL MIEDO SE VOLVIÓ RUTINA; LA VIOLENCIA SE REPRODUCE SIN FRENO A CUALQUIER HORA DEL DÍA, COMO SUCEDIÓ LA MAÑANA DE AYER EN UNA GASOLINERA DE PROVIDENCIA; SICARIO A BORDO DE MOTOCICLETA Y CON AK 47 TERCIADO EN LA ESPALDA INTENTÓ ASESINAR A CONDUCTOR; EL HOMBRE REPELIÓ AGRESIÓN CON ARMA QUE ARROJÓ DESDE SU CAMIONETA ANTES DE ACUDIR A HOSPITAL; PISTOLA FUE RECOGIDA POR ALGÚN AMIGO; GATILLERO SE ENFRENTÓ A PRIMEROS POLICÍAS QUE ATENDIERON EL LLAMADO Y POR ENTRE CABALLERIZAS ESCAPÓ; BURLÓ CERCO POLICIACO MILITAR TRAS DEJAR ABANDONADA MOTO EN LA ESTACIÓN DE SERVICIOS; NO HUBO SEGUIMIENTO DEL PISTOLERO QUE SE ESFUMÓ PASMOSAMENTE; AUTORIDADES DE MARINA Y DE SSPM NO USARON DRONES QUE COMPRARON PARA ESE TIPO DE ACCIONES; SEGURAMENTE QUE ESTÁN GUARDADOS, QUIZÁS COMO PARTE DE FALLIDAS ESTRATEGIAS Y ASÍ DIFÍCILMENTE SE RECUPERARA LA SEGURIDAD Y MENOS LA CALLE; NO VEMOS DE QUÉ MANERA LO VAYAN HACER; LA INTELIGENCIA TERRITORIAL OTRA VEZ FALLÓ Y EL TRABAJO DE GABINETE SE VINO AL CARAJO; OTRA VEZ LA POLICÍA PREVENTIVA NO SE ANTICIPÓ A LOS HECHOS Y MIENTRAS ESTO NO OCURRA LOS ESPECÍMENES DEL CRIMEN CONTINUARÁN MOVIÉNDOSE COMO PEZ EN EL AGUA; EL PROBLEMA DE FONDO ES LA INEXISTENCIA DE UNA ESTRATEGIA POLICIAL TÉCNICA Y COORDINADA; OPERACIÓN DIARIA SE HACE SIN DIAGNÓSTICOS TERRITORIALES CONFIABLES, SIN ANÁLISIS CONSTANTE DE IPH HOMOLOGADOS Y SIN UN SISTEMA DE INTELIGENCIA QUE CONECTE A LAS CORPORACIONES; CADA QUIEN TOMA PARA SU RUMBO
EN EL MUNICIPIO vivimos sitiados por algo que ya se hizo costumbre. Lo que antes estremecía hoy pareciera increíble, pero apenas genera un suspiro ya resignado. Los disparos a cualquier hora del día ya no provocan ese horror como ocurría años atrás. Se asumen como parte del paisaje sonoro y de la cotidianidad de una población que se acostumbró a vivir sin la menor esperanza de que esto cambie. Nadie se asombra porque el miedo ya no grita: se volvió parte del aire. Y ese silencio, el más peligroso de todos, es el que mantiene viva la impunidad. La delincuencia ya no se esconde, se mueve con soltura tanto en colonias como en Comisarías y Delegaciones, gracias a que el miedo se volvió rutina. La violencia se reproduce sin freno a cualquier hora del día, como sucedió la mañana de ayer en una gasolinera de Providencia a donde llegó un sicario a bordo de una motocicleta con un fusil de los llamados “cuerno de chivo” terciado en la espalda y una pistola fajada en la cintura y sin mayor preámbulo abrió fuego contra el conductor de un vehículo tipo vagoneta, marca GMC, línea Terrain, color champagne. Accionó el fusil de asalto en repetidas ocasiones contra el conductor identificado como Miguel Ángel “El Zorillo”, de 50 años, quien repelió la agresión con una pistola que luego dejó tirada a un lado del asfalto de la calle Base y algún conocido de él la recogió antes de que arribaran las autoridades, en tanto que él se trasladó en el mismo carro a recibir atención médica a un hospital de la avenida Guerrero. El gatillero escapó por entre unas caballerizas abandonadas ubicadas al poniente de la estación de servicios. Huyó por el entre el monte echándole balas a los primeros policías que arribaron a ese sitio y así el escurridizo sujeto burló el cerco policíaco que se tendió en torno a su captura. Por supuesto que el comandante de policía del lugar, Sergio Everardo Esquer Pérez, el popular “Cholo” no se vio por el lugar. A lo mejor le tocó descanso, pero de cualquier manera el gatillero actuó con absoluta impunidad y se perdió en el monte con pasmosa facilidad. Es más, ni siquiera salieron a relucir los drones que hace unas semanas adquirió el municipio para asignarlos a la Secretaria de Seguridad Pública Municipal (SSPM) para que fueran utilizados en este tipo de eventos, pero nunca aparecieron. Seguramente están guardados, quizás como parte de las fallidas estrategias y así difícilmente se recuperará la seguridad y menos la calle. No vemos de qué manera lo vayan hacer. La inteligencia territorial otra vez fracasó y el trabajo de gabinete se vino al carajo. No funcionó. Todos se quedaron en la gasolinera a echarle montón estérilmente, esto mientras que la delincuencia opera con cálculo y método. Otra vez la Policía Preventiva no se anticipó a los hechos y mientras esto no ocurra los especímenes del crimen continuarán moviéndose como pez en el agua. Y, hay que volver a decirlo en Cajeme no faltan policías se carece de dirección. Tampoco faltan leyes, sino voluntad y esto no se corrige en las mesas de seguridad por lo que continuarán entrampadas solo en buenos deseos y promesas, pero vacías de resultados. Ahí está una muestra palpable de ello, cuando un sujeto armado con un “cuerno de chivo” terciado en la espalda circuló por calles de Providencia y nadie lo observó, sino hasta después de que cometió la agresión todavía tuvo la osadía de enfrentarse a representantes de la ley que, como regularmente sucede se quedan con un palmo de narices y esto debe saberlo don Claudio Cruz Hernández, que lo mejor que debe hacer como sano propósito de las fiestas decembrinas y de año nuevo es que empaque sus “chivas” y deje el cargo, porque cada día es más sombrío el panorama en el rubro de seguridad. A lo mejor si se queda el comandante Francisco Javier Valdez Juzaino al frente de la corporación le va mejor, sencillamente porque la tropa podría echarle más ganas con tal que haga su trabajo y don Claudio se vaya a comer buñuelos al centro del país o al Puerto de Veracruz, como en su momento lo hizo su antecesor Cándido Tarango Velázquez, quien por momentos intentó aferrarse al cargo, pero terminó por enfilarse con su música a otro lado…HAY QUE INSISTIR en que este jirón de la patria sonorense atraviesa una crisis que rebasa el aumento de hechos violentos. El problema de fondo es la inexistencia de una estrategia policial técnica y coordinada. La operación diaria se realiza sin diagnósticos territoriales confiables, sin análisis constante de los Informes Policiales Homologados y sin un sistema de inteligencia que conecte a todas las corporaciones. En pocas palabras, se trabaja sin una ruta clara en un municipio que requiere precisión operativa. Esa falta de análisis impide detectar desplazamientos criminales, horarios críticos y zonas de riesgo dinámico, lo que provoca que los operativos se desplieguen sin sustento técnico y se mantenga una respuesta meramente reactiva ante cada nuevo evento violento. El análisis de los IPH tampoco se aprovecha. Esa información, que debería ser el insumo principal para anticipar riesgos, termina quedando sin utilidad real, mientras la delincuencia avanza con mayor velocidad que la respuesta institucional. A ello se suma que se ha convertido en hábito dejar toda la carga de la investigación a la AMIC, cuando todas las corporaciones poseen fuentes primarias de información…POR EJEMPLO, la Policía Municipal conoce el pulso de las colonias, ministeriales tienen identificados corredores de actividad criminal y la Guardia Nacional recorre zonas de riesgo diariamente. Sin embargo, cada una opera como si la otra no existiera. Esa desconexión abre espacios que los grupos criminales aprovechan con facilidad. La falta de coordinación permite que analicen los movimientos institucionales, que anticipen operativos y que generen confusión mediante desinformación, mensajes públicos y narcomantas. Cuando las autoridades no hablan con una sola voz, la delincuencia llena ese vacío y lo explota para sembrar miedo e inestabilidad social. La consecuencia es clara, existe presencia policial, pero no estrategia. Hay patrullajes, pero no hay planeación. Hay informes, pero no análisis. Mientras persista esta estructura fragmentada, la operatividad seguirá siendo reactiva, dispersa e ineficaz, y la violencia continuará imponiendo el ritmo en Cajeme. Para nadie es un secreto como en la mayoría de las ocasiones se observa trabajando de manera unilateral a personal de Marina en conjunto con la Policía Municipal, pero no informan nada al resto de las corporaciones. Incluso hay llamados que son atendidos solo por municipales o Amic’s y no informan nada a la Policía Estatal y esto así no funciona y ello deben saberlo y analizarlo el Secretario de Seguridad Pública del Estado (SSPE) maestro Braulio Martínez Navarrete y el comisario de la PESP, José Guadalupe Martínez Lavariega, para que se busquen alternativas de solución. Mucho se ha reiterado en el tema, pero no parece interesarles, mientras el crimen sigue golpeando a la comunidad…EN OTRA VERTIENTE, la detención de Héctor Contreras Pérez no solo exhibe un uso indebido de la fuerza, confirma también, por resolución de un Juez de Control, que se trató de un acto arbitrario e ilegal. El juez determinó que la detención no cumplió con los estándares constitucionales, que los agentes actuaron fuera de sus facultades y que la privación de la libertad careció de toda justificación jurídica. Ese hecho es contundente, porque si a un abogado con trayectoria, con conocimiento del sistema y capacidad para defenderse lo detienen de manera indebida, qué puede esperar una persona que no conoce sus derechos. Y es aquí donde el caso se vuelve un espejo incómodo. En la entidad existen historias que jamás se cuentan, como el joven al que se le atribuyó la muerte de Abel Murrieta Gutiérrez, o tantos otros que, desde las celdas, desde los pasillos de una audiencia o desde un penal, suplican que se les escuche porque aseguran ser inocentes. No se afirma que todos lo sean, pero sí se desea, por el bien del sistema, que la ley sea aplicada a quien realmente corresponda, sin excesos, sin venganza institucional y sin narrativas oficiales que sustituyan la verdad. De esto, les hablaré más adelante…Luego seguimos, Dios mediante.


