Martín Alberto Mendoza Salazar

EN CUESTIÓN DE MINUTOS SE HIZO AÑICOS APARENTE QUIETUD DE CAJEME; PRIMERO HALLAN CADÁVER DE JOVEN MADRE DESAPARECIDA EN LAS HACIENDAS; CASI UNA HORA MÁS TARDE UN GRUPO ARMADO SE LLEVA A LA FUERZA A UNIVERSITARIO Y AGENTE POLICÍACO EN LA TEPEYAC Y SE ACABA TRANQUILIDAD; ANGÉLICA LOURDES DEJA EN ORFANDAD A PEQUEÑA CRIATURA QUE CRECERÁ EN MEDIO DE UN VACÍO QUE NO DEBIÓ EXISTIR, OTRO GOLPE QUE EXHIBE LA AUSENCIA TOTAL DEL ESTADO; HERMANA DEL ESTUDIANTE Y EN TRANSMISIÓN EN VIVO PIDIÓ CLEMENCIA POR LA VIDA DE SU HERMANO; SU SÚPLICA ROMPIÓ EL SILENCIO DE MUCHOS, PERO NO ALCANZÓ A MOVER EL CORAZÓN INSTITUCIONAL DE LOS ENCARGADOS DE PROCURACIÓN DE JUSTICIA, QUIENES NUEVAMENTE INTENTAN DISFRAZAR UNA REALIDAD QUE YA NO ADMITE MAQUILLAJE; EL CASO DE RAYMUNDO, MUESTRA LA VULNERABILIDAD EXTREMA EN LA QUE VIVE CAJEME; HASTA AYER EN LA MAÑANA RAYMUNDO SEGUÍA DESAPARECIDO; NO HAY AVANCE, NO HAY SEÑAL, NO HAY RESPUESTA. SU HERMANA SIGUE IMPLORANDO QUE LO BUSQUEN, MIENTRAS LA AUTORIDAD SIGUE INMÓVIL, SORDA, DISTRAÍDA; ¿QUÉ PUEDE ESPERAR UN UNIVERSITARIO SI NI SIQUIERA LAS PATRULLAS PARECEN ENTERARSE DE LO QUE OCURRE EN SU PROPIA COLONIA?; EN INTENSO DESPLIEGUE POR AIRE Y TIERRA DE LA POLICÍA ESTATAL DE SEGURIDAD PÚBLICA (PESP), OPERATIVO RESCATÓ SANO Y SALVO AL AGENTE POLICÍACO; HAY QUE DECIR QUE EL VEHÍCULO DONDE LO LLEVABAN QUEDÓ EMBANCADO Y ESTO FAVORECIÓ A LA JUSTICIA; UNA SUERTE QUE NUNCA BENEFICIA A LOS INOCENTES QUE SIGUEN DESAPARECIDOS O ASESINADOS; SIN DUDA LO QUE MÁS DUELE ES COMPARAR ESTE PRESENTE CON LOS TIEMPOS EN QUE SÍ HABÍA MANDO, CARÁCTER Y ESTRATEGIA; AQUÍ NO FALTAN RECURSOS; SINO VOLUNTAD, MANDOS Y AUTORIDAD REAL; Y MIENTRAS NO LLEGUE, CAJEME SEGUIRÁ LLORANDO A HIJOS MIENTRAS LA VIOLENCIA AVANZA SIN FRENO; ESTO, ANTE INEPTITUD Y NEGLIGENCIA DE ENCARGADOS DE LA SEGURIDAD

SÓLO BASTARON unos minutos para que el polvorín disfrazado de aparente tranquilidad, se hiciera añicos y se escribiera otra página más de desbordante e implacable violencia como regularmente se vive en Cajeme y, que volvió a estremecerse con excesiva furia que sacude a todos menos a la conciencia de quienes deberían enfrentarla con responsabilidad. Todo comenzó poco después de las catorce horas del lunes, tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Angélica Lourdes, joven madre de familia de 22 años que estaba desaparecida desde el pasado sábado. Su cadáver fue localizado envuelto en una sábana debajo de una cama en una de las habitaciones de su casa marcada con el número 2742 de la calle Guerrero entre Franciscanos y Laguna, en la colonia Las Haciendas. Es una tragedia que impacta al municipio, ya que la ahora víctima era buscada desesperadamente por su familia desde hacía tres días, hasta que apareció asesinada debajo de su cama. Cómo es posible que no hayan investigado en su propia casa. Su rostro circuló en redes, se pidió ayuda, se compartió su búsqueda, pero nada de eso importó, porque la autoridad no reaccionó a tiempo. Angélica deja en orfandad a una pequeña criatura que crecerá en medio de un vacío que no debió existir, otro golpe que exhibe la ausencia total del Estado. Apenas había transcurrido una hora, cuando nuevamente se activó el código rojo para alertar a autoridades; en colonia Tepeyac por la Ley 38 entre Alfonso Reyes y Sor Juana Inés de la Cruz, donde se acababa de cometer doble privación ilegal de la libertad. Individuos fuertemente armados con vestimenta militar allanaron el domicilio de Raymundo D. A., de 23 años, estudiante de conocida universidad y quien al percibir el peligro subió a la azotea de su domicilio y brincó hacia una vivienda que da a la calle Fray Juan de Zumárraga. El inmueble es habitado por un agente de la Policía Municipal a quien se deduce pidió ayuda, pero ya tenían a los delincuentes encima. A ambos los sacaron a la fuerza y los subieron a una vagoneta Cherokee de color blanco. Al principio se manejó que era Expedition, pero el dato era erróneo… PARA ENTONCES arribó la hermana del estudiante y en una transmisión en vivo pidió clemencia por la vida de su hermano. Su súplica rompió el silencio de muchos, pero no alcanzó a mover el corazón institucional de los encargados de procuración de justicia, quienes nuevamente intentan disfrazar una realidad que ya no admite maquillaje. El caso de Raymundo, muestra la vulnerabilidad extrema en la que vive Cajeme. De seguro que el guardián del orden de nombre José Gilberto ya fuera de servicio y en su hogar intentó protegerlo sin tener la menor idea de que ese acto de humanidad le costaría ser privado de su libertad. Hasta ayer en la mañana Raymundo seguía desaparecido. No hay avance, no hay señal, no hay respuesta. Su hermana continúa implorando que lo busquen, mientras la autoridad sigue inmóvil, sorda, distraída. ¿Qué puede esperar un joven universitario si ni siquiera las patrullas parecen enterarse de lo que ocurre en su propia colonia? Después del levantón, vino intenso despliegue por aire y tierra de la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP), operativo considerado como exitoso, al rescatarse sano y salvo al agente policíaco. Hay que decir que el vehículo donde lo llevaban quedó embancado y esto favoreció a la justicia. Una suerte que nunca beneficia a los inocentes que siguen desaparecidos o asesinados. Lo que habría que reconocer fue la rápida movilización que se hizo hacia Bácum, no descartándose que el vehículo en fuga haya sido detectado por las videocámaras del Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo, Coordinación e Inteligencia (C5i) a cargo de personal que dirige Benjamín González Caballero, y esto permitió que en consecuencia la tripulación del helicóptero de la PESP lo ubicara. Mientras Cajeme arde, la Fiscalía General de Justicia del Estado, bajo el mando de Gustavo Rómulo Salas Chávez, continúa maquillando cifras y lanzando comunicados tibios que no reflejan la gravedad del momento. El delegado regional sur, licenciado Ricardo Revilla Celaya, sigue siendo una figura ausente, sin liderazgo, sin carácter, sin presencia. El sur del estado se encuentra en manos de una estructura dormida, burocrática y desconectada, donde la incapacidad se ha normalizado durante los últimos dos años…SIN DUDA lo que más duele es comparar este presente con los tiempos en que sí había mando, carácter y estrategia. Hace falta recordar los días en que Gustavo Mendívil Amparan fungió como delegado de la antes Procuraduría General de Justicia de la zona sur: se le veía en operativos reales, caminando entre sus agentes judiciales, enfrentando la calle, generando respeto y resultados. Aquel liderazgo firme y operativo hoy parece un recuerdo lejano sin olvidar por igual a don Jesús Estrada Medina (QEPD), primero como comandante de la Municipal y después de la Judicial del Estado con una honestidad a toda prueba al tener el arrojo suficiente para hacerle entender a los delincuentes que había ley como en repetidas ocasiones lo advirtió, además de que era enemigo de traer escoltas como igual lo hizo Abel Murrieta Gutiérrez en su función como jefe de Policía y Tránsito Municipal en Cajeme. Eran servidores de temple. Ahora, quienes ocupan esos mandos son una vergüenza: funcionarios que no pisan el campo, que no saben lo que es una operación, que no conocen el pulso de las colonias y que solo se dedican a echar flores, a maquillarse entre ellos y a esconder lo evidente. Hace falta mando policial de verdad, aquel que se ganaba el respeto en la calle y no detrás de escritorios blindados. Hace falta política pública seria, esas que apostaban por resultados y no por discursos. Se fueron los tiempos en que la seguridad se dirigía con carácter; hoy vivimos bajo la sombra de servidores públicos que parecen más preocupados por sostener su imagen que por sostener al municipio…ES JUSTO decir que en aquellos tiempos también había delincuencia. Siempre ha existido, solo que no dejaban que creciera como ocurre en la actualidad y aunque a principios de los años noventa se desató una ola secuestros de empresarios cajemenses siempre estuvo ahí la Policía Judicial del Estado y el Grupo Antisecuestros que directamente dirigía Antonio Hoyos Sotelo en calidad de coordinador de la PJE en la zona sur de Sonora por órdenes de su hermano Manuel Emilio que era director de la corporación. Toño Hoyos que tuvo su base de operaciones en Coahuila y Allende, en el centro de la ciudad era apoyado por Marcos Felipe Quintana Camacho, Ezequiel Quintero Alcántar (QEPD), el ahora destacado jurista, José Luis Sígala Servín, así como los extintos y entonces agentes Gerardo Ramírez Camacho y Raúl Suárez Gabriel, quienes perdieron la vida en cumplimiento de su deber. Ambos pertenecían a las fuerzas especiales (Gafes) del Ejército mexicano. Cómo no recordar que en esa época el procurador de justicia era el abogado Miguel Ángel Cortes Ibarra, un hombre íntegro a carta cabal. Nada que ver con lo que estamos viviendo en la actualidad, donde la sofocante corrupción es el común denominador de lo que ocurre. Unos sirviendo a un grupo criminal y otros a sus rivales. Es un secreto a voces…LO QUE NO es un secreto a voces es como autoridades de la Secretaria de Seguridad Pública Municipal en su afán por ocultar su ineptitud y negligencia principalmente de sus mandos superiores tratan de ocultar hechos criminales como sucedió la madrugada del domingo, en la colonia Villas de Campestre, donde fue ultimado, Jorge Rafael, de 22 años, en Laguna y Campestre y es quien figura como el ejecutado número 26 de noviembre. Desde que llegó Claudio Cruz Hernández se implantó una ley mordaza que está por cumplir cuatro años. El silencio es la nueva política, la omisión su estrategia, la mentira su método. Insistimos que Cajeme está abandonado a su suerte. Y la gente lo sabe. Cada nombre —Angélica Lourdes y Raymundo— es solo un recordatorio de la incapacidad, de la indiferencia, de la ausencia completa de quienes juraron proteger esta ciudad. Aquí no faltan recursos; sino voluntades, mandos y autoridad real. Y mientras no llegue, Cajeme seguirá llorando a sus hijos mientras la violencia avanza sin resistencia. No queda muchísimo más en el tintero, pero luego seguimos, Dios mediante.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *