Por Lorenza Sigala
Hermosillo, Sonora .— La familia de María del Rosario Tacho Ochoa atraviesa una situación crítica. En los últimos dos años, la mujer ha enfrentado un deterioro acelerado en su salud visual a causa del glaucoma derivado de la diabetes, un proceso que ha ido avanzando mientras recibía atención médica en el IMSS.
De acuerdo con su nuera, Paola González, quien decidió hacer público el caso para pedir apoyo, la atención dentro del Instituto se ha visto afectada por los constantes cambios de especialistas y los largos tiempos de espera. Esa falta de continuidad, explica, provocó que el tratamiento de la paciente se interrumpiera en varias ocasiones, hasta derivar en daños irreversibles.
Primero perdió la vista del ojo izquierdo y, poco después, surgieron complicaciones severas en el derecho. Hubo sangrado ocular, una cirugía con láser y otra operación que nunca llegó a realizarse debido al cambio de médico. A pesar de múltiples estudios, el cuadro no mejoró: se presentaron desprendimiento de retina y catarata.
La situación se volvió crítica el pasado 8 de septiembre, cuando María del Rosario desarrolló una infección severa en su ojo derecho. Los especialistas tuvieron que practicarle una eviseración, procedimiento que resultó en la pérdida total del globo ocular. El nuevo oftalmólogo que la atendió reconoció que, aunque la intervención fue necesaria, el tiempo perdido ya había puesto en riesgo permanente su única posibilidad de conservar la vista.
Ante este panorama, la familia buscó atención externa y acudió con un retinólogo especializado, quien les explicó que todavía existe una posibilidad de salvar su único ojo funcional. Sin embargo, el tratamiento requiere una cirugía cuyo costo supera los 100 mil pesos, además de 26 mil pesos para la prótesis ocular y gastos adicionales en consultas y medicamentos.
La familia no cuenta con los recursos para cubrir la cantidad. Han realizado rifas y actividades para reunir fondos, pero apenas han logrado aproximarse a 16 mil pesos. Paola aclara que no se busca generar confrontación ni señalar responsables: su intención es dar a conocer la situación y encontrar a quienes puedan apoyar.
“Lo único que queremos es que mi suegra no pierda la vista. El tiempo corre y cada día aumenta el riesgo”, expresó. Con ese propósito crearon la página “Unidos por Rosario”, donde comparten estudios médicos, avances y toda la información relacionada al caso de forma transparente.
La familia pone a disposición documentos, fotografías e historial médico para quien desee conocer el caso o brindarle ayuda.
Contacto:
Adriana Paola González Carlos — 633 109 8028
Javier E. Figueroa Tacho — 662 428 6014
Página: Unidos por Rosario


